Las memorias de mi padre

Hay quiénes han reído, llorado y descubierto parte de sus raíces. Historias que hablan desde ese otro tiempo de valor por lo colectivo. Eso es el libro de mi padre, “Arreando sueños: Memorias de un rufiniano”, lanzado de forma independiente en febrero de este año, tras años de escritura y poco más de dos meses antes de que este viejo cóndor decidiera volar hacia las cumbres. Este es mi prólogo para él, uno de tres, y en este día del padre me doy la licencia de compartirlo.

El derecho al patrimonio en San Antonio

El llamado “Día del patrimonio en casa” me ha hecho reflexionar y quizás sea eso lo más valioso que nos ofrece la contingencia en términos patrimoniales, el repensar qué es aquello que nos identifica. Porque entiéndase: todas las personas somos portadoras y generadoras de patrimonio, sin necesidad de que alguien lo decrete, de allí que la gran verdad instalada por el movimiento patrimonialista ciudadano es que “el patrimonio somos las comunidades”.

Las puertas por abrir en un libro

El gran Luis Sepúlveda partió cerca del Día del Libro y la Lectura, y por razones tan dolorosas, que me fue inevitable recordar cómo fue que cayó por primera vez en mis manos un libro suyo. Pero en esto de rememorar, el límite es difícil y suelo no recordar con exactitud las historias de casi todos los libros que, por alguna razón, caduca o perenne, han marcado mis lecturas. Me queda la emoción, el asombro, el vacío del final. Contra cualquier pretensión de erudición, los cristos elquinos me salven de perder la credulidad frente a la promesa siempre incierta de un libro.

Un foxtrot chilensis finalista en Olmué

Era lindo lo de La Gringa al hablar de la llegada de una migrante alemana a vivir a Isla Negra, resultando tan histórica como contingente. Y era más lindo aún soñar con que ese foxtrot a la chilena ganaría una competencia folclórica, ampliando el margen de lo que entendemos por folclor, poniendo en valor las expresiones artísticas que nacen de procesos de hibridación.

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