Por una serie de razones que no viene al caso acá intentar dilucidar, el punto flojo de la oferta cultural de nuestro litoral está en las artes visuales. Mientras en el terreno del teatro y, sobre todo, las letras, se puede percibir dinamismo, incluso cierta pujanza, las exposiciones de pintura, dibujo o escultura se organizan distanciadamente, con cuentagotas. En ese contexto, la muestra que desde comienzos de verano se exhibe en la Casa de la Cultura de El Tabo resulta bienvenida por partida doble. Por un lado, se trata de la obra de un artista plenamente maduro, de sólido oficio, y, por otro, no de una exposición cualquiera, sino de una retrospectiva, que propone un interesante recuento de más de 40 años de trayectoria. Hablo de Marcos Moscheni, tabino de toda una vida, pero desde hace ya varios años residente estable en el balneario.
Como toda retrospectiva que se precie de tal, la actual muestra nos permite apreciar la evolución artística del pintor. En el caso de Moscheni, sus iniciales estudios con modelo, siendo estudiante de la U. de Chile, abren paso a su primera etapa estilísticamente definida, en la que resaltan los acentos oníricos, surreales, y línea y color se vuelven limpios, pulcros; ésta se despliega durante las décadas de 1980 y 1990. Casi sin transición, la segunda etapa irrumpe entrado ya el nuevo milenio. Acá se distinguen resonancias del “pop-art”, pero el mismo artista explica que esta influencia es solo parcial. En acrílicos sobre PVC, Marcos va desarrollando una particular y muy propia praxis pictórica, que sabe nutrirse de la fotografía y la publicidad. En los trabajos más recientes, aparecen los pixeles y, en una suerte de puntillismo digitalizado, la paleta se torna más inquieta y atrevida.
Digno de celebrar a Marcos Moscheni, artista que persistió en el oficio de la pintura en una época donde lo que imperaban eran otros formatos de expresión dentro de las artes visuales. Los frutos de esta persistencia, de esta feliz perseverancia, pueden apreciarse hasta este fin de semana en el recinto municipal de Calle Poeta Jonás. Y posteriormente, en la notable Galería Lily, espacio de difusión artística que el propio pintor ha habilitado en su casa de Calle Maipú.
Un comentario
Don marcos, un artista que conocí en un tiempo limitado…con pocas palabras me dibujó la sustancia que nos une como pintores amadores de la vida, las mujeres y las artes…un buen muchacho que atrapó el pincel…saludos..pronto lo visitaré.
Jorge… de Algarrobo.
Exito