Un hito de solidaridad internacional

Universidad de Chile celebra los 85 años de la llegada del Winnipeg nerudiano con nostálgica exposición

Alejandra Fuenzalida, fotógrafa Prensa Uchile
La Casa Central de la Universidad de Chile se viste de recuerdos y testimonios. La exposición “2000 del Winnipeg: Diario de a bordo” nos sumerge en la travesía de aquel barco que desafió la adversidad y abrazó la esperanza. La muestra, curada por Cecilia Zabaleta, combina arte visual y documentos históricos para narrar la odisea de los exiliados que encontraron refugio en nuestras costas.
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Basada en el diario de a bordo del Winnipeg, la exposición nos guía a través de 26 obras, una por cada día de navegación. Las pinceladas de Zabaleta se entrelazan con las biografías de los pasajeros, creando un mosaico de emociones y recuerdos. Es un intento de acercarnos al alma de quienes cruzaron océanos en busca de libertad.

El Winnipeg no fue solo un barco; fue la obra de un poeta y un símbolo de humanidad en tiempos oscuros. En 1939, mientras la Guerra Civil Española desgarraba su tierra natal, un grupo de republicanos y antifascistas encontró refugio en Chile. El país abrió sus brazos, y el Winnipeg se convirtió en un faro de esperanza.

Universidad de Chile celebra los 85 años de la llegada del Winnipeg nerudiano con nostálgica exposición | Winnipeg L 19 | Litoral Poeta de Las Artes |
Foto de Alejandra Fuenzalida, fotógrafa Prensa Uchile

La exposición nos permite revivir aquellos días inciertos. Las cartas amarillentas, las fotos desgastadas y los objetos personales nos hablan en silencio. Cada trazo de Zabaleta nos acerca a los rostros anónimos que cruzaron el Atlántico. Sus miradas, cargadas de sueños y añoranzas, se funden con el azul profundo del mar.

Josu Chueca, autor de “2000 del Winnipeg: Diario de a bordo,” nos recuerda que el exilio no es solo geografía; es una herida en el alma. En esta semana de conmemoración, cuando recordamos los 51 años del golpe de Estado en Chile, el Winnipeg nos habla de resistencia y solidaridad. Como dice Chueca, “este libro e historia que presentamos es un ejemplo bonito que ocurrió en 1939.”

Más información en uchile.cl

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Revista Antítesis

UNA

Lo que nos clasifica como comunidades no es el color de piel ni las fronteras políticas. La migración enseñó que somos versiones de lo mismo. Pero Tío Sam quiere pan y pedazo: su propia muralla China y también su Venezuela. ¿Qué pasaría si un día USA decidiera abrir sus fronteras de par a par a Sudamérica?
Shakespeare en Europa / no necesita levantarse de su tumba / Aunque a veces se revuelca / Pero tú / Señor de Las Cruces / levántate y anda / camina … / Corre que ya te agarra / Violeta Parra
Un día especial para la poesía y para mí, que también soy poesía.