ecopoesía

Mi primera estancia en el Litoral Poeta

Por
Manifiesto Gnómico
Entre los 36 y 39 años, presintiendo estallidos y pandemias, renuncié a la urbe y me inventé una vida en el litoral central de Chile. En ese tiempo recorrí de cabo a cabo la provincia de San Antonio; soñé un futuro ecopoético. En esa época construí un espacio llamado Litoral Poeta.
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En mi estancia en el Litoral Poeta
Reafirmé que hay mucho espacio y que el paraíso que palpé de niño existía detenido en el tiempo

Confirmé que la solución está en el problema y pude mirar de frente al mercado

Viví a 100 km de Santiago y cae de cajón que lloran ecotrenes

Sentí que hay buenos y medianos amigos / como en todos lados

Constaté que hay escasez de locos

Soñé un Silicon Valley del decir poético

Bosquejé agencias creativas colgando de Cantalao CI·working

Imaginé la vida poética llegar de todos lados

Me contaron que Diego Cardoen prepara un hotel boutique en Isla Negra

Sumé jóvenes + universidades + capacidad ociosas de casas

Publiqué de economía / que algunos satanizan y otros ven naranja

Conocí que hay vino mar y poesía

Comprendí que faltan hospitales y que este aire deben respirar las Senior Suite

Entendí que faltan talleres que construyan sueños y epitafios

pero sobre todo aprendí

que no te puedes marchar sin contar tu experiencia.

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Poema erótico inspirado en los modos de vida que surgieron en las ciudades desarrolladas a través del Mar Egeo, alrededor del 6.500 antes de nuestra era. En Catal Huyuk (actual Turquía), Hacilar y posteriormente en la isla de Creta, se desarrollaron cultural adoradoras de la Diosa. Fundamentalmente pacíficas, estas culturas se emplazaron en los valles fértiles junto a los ríos, libres de fortificaciones que los protegieran de invasores (no hubo invasiones durante milenios). Se cree que fueron sociedades equitativas al observar que las viviendas y tumbas eras muy parecidas en tamaño y riqueza, y se cree también que vivieron en armonía muchos milenios, al observar el nivel al que florecieron las formas de arte, en las cuales aparece representada su coexistencia pacífica con el mundo natural, al que estaban plenamente integrados. Hacia el 4.000 antes de nuestra era, comenzaron las invasiones kurgas que traían a su Dios Javé (del cual deriva el actual Jehová), un dios de la guerra, tirano y celoso. La Diosa fue entonces relegada a una posición secundaria en los mitos religiosos posteriores, sin embargo nunca desapareció por completo.
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