ecopoesía

Mi primera estancia en el Litoral Poeta

Manifiesto Gnómico
Por
Entre los 36 y 39 años, presintiendo estallidos y pandemias, renuncié a la urbe y me inventé una vida en el litoral central de Chile. En ese tiempo recorrí de cabo a cabo la provincia de San Antonio; soñé un futuro ecopoético. En esa época construí un espacio llamado Litoral Poeta.
Comparte en las redes
En mi estancia en el Litoral Poeta
Reafirmé que hay mucho espacio y que el paraíso que palpé de niño existía detenido en el tiempo

Confirmé que la solución está en el problema y pude mirar de frente al mercado

Viví a 100 km de Santiago y cae de cajón que lloran ecotrenes

Sentí que hay buenos y medianos amigos / como en todos lados

Constaté que hay escasez de locos

Soñé un Silicon Valley del decir poético

Bosquejé agencias creativas colgando de Cantalao CI·working

Imaginé la vida poética llegar de todos lados

Me contaron que Diego Cardoen prepara un hotel boutique en Isla Negra

Sumé jóvenes + universidades + capacidad ociosas de casas

Publiqué de economía / que algunos satanizan y otros ven naranja

Conocí que hay vino mar y poesía

Comprendí que faltan hospitales y que este aire deben respirar las Senior Suite

Entendí que faltan talleres que construyan sueños y epitafios

pero sobre todo aprendí

que no te puedes marchar sin contar tu experiencia.

Comparte este post!

Déjanos tu comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.

O CON FACEBOOK

OTRAS DOSIS DE Antítesis

En medio de la pandemia nos contactamos con la poeta Teresa Illanes Bernal, la octogenaria y talentosa poeta que vive en Comunidad Consistorial, paraíso natural –como su poesía– inserto entre El Tabo y Las Cruces, en medio de Gota de Leche.
San Antonio celebra en diciembre de 2022 su segundo festival urbano inspirado en Roberto Parra. Este año además, y para celebrar con todo, se suma un concurso gastronómico que reparte un millón de pesos a quien cree el mejor sánguche con productos de la comuna puerto.
Cada solsticio de invierno, desde mucho antes que nos preocupáramos por el oro, esta tierra abraza el fin de la mayor oscuridad con la esperanza de días más fecundos. Hoy lo mapuche y otras etnias indígenas rinden tributo a la sima de la noche, que marca el punto de inclinación hacia la cima de la luminosidad.