Ya en 1961, a propuesta del profesor Robert Pring-Mill, fue incluido en el prestigioso programa «Prescribed Author» de los estudios de literatura de la Universidad de Oxford, es decir, fue seleccionado como uno de los ocho autores en español entre los que los alumnos debían elegir a dos (uno del Siglo de Oro y uno moderno) para preparar un estudio crítico como parte de una asignatura especial. «A los estudiantes les apasionó Neruda», destacó Pring-Mill en 1993. «Fue como un descubrimiento que desbordó un cumplimiento de deberes. Empezaron a buscar todos los libros del poeta y a encargar a otros países los que jamás se habían editado o llegado a Inglaterra. Se me ocurrió una idea que significaba traer a Neruda a Oxford: otorgarle un doctorado de honor» (Entrevista de Martín Ruiz a Robert Pring-Mill. El 21 de febrero de 1965 se conoció la decisión del Consejo Universitario de conceder su Doctorado Honoris Causa a Neruda, el primer latinoamericano en alcanzar esta distinción.
«Prescribed Author» Estudios de literatura de la Universidad de Oxford
En 1965, la relación de los ocho autores en español la integraban Miguel de Cervantes, Pedro Calderón de la Barca, Fray Luis de León, Luis de Góngora, Benito Pérez Galdós, Leopoldo Alas Clarín, Miguel de Unamuno y Pablo Neruda. De los cuatro modernos, era el único poeta, el único latinoamericano y el único que obviamente estaba vivo. En los dos primeros cursos, los estudiantes de Oxford también estudiaban a Antonio Machado y Federico García Lorca y dejaban a Neruda para el último curso por la mayor complejidad de su desarrollo poético y de los conocimientos auxiliares que precisaban para entender su obra (su contexto histórico, su contexto geográfico y su contexto ideológico), según explicó Robert Pring-Mill en 1965 a revista Ercilla.
Pring-Mill, el artífice
En abril, participó en Moscú en la reunión del jurado del Premio Lenin y asistió a los actos del Día Internacional del Trabajo en la Plaza Roja. El 27 de mayo, Matilde Urrutia y él aterrizaron en la capital británica, donde ofreció un recital en la Universidad de Londres. «Ayer en la noche, Pablo recibió la más estruendosa y prolongada ovación académica que nunca me ha tocado presenciar en los muchos años que llevo por estos lados. Fue un éxito excepcional y clamoroso que nos ha dejado a todos los chilenos que estuvimos presentes henchidos de orgullo y satisfacción», escribió el historiador Claudio Véliz.
Después, se desplazaron en tren a Oxford, donde Pring-Mill y su esposa les acogieron en su casa de campo. «Durante la primera hora estuvo en silencio, como figura de granito, actitud habitual en él cuando no conocía bien a su interlocutor. Comenzó a mirar los libros, los cuadros y muchos «cachivaches» que tengo en casa; de pronto, mientras mi mujer y Matilde preparaban la comida, sacó de su bolsillo un manojo de ágatas de Isla Negra y dijo: «No le he traído nada más, porque pensé que sería lo más le gustaría». Colocó en mis manos las ágatas y sonrió, perdió veinte años, se transformó. Fue el comienzo de una amistad. Yo había tenido un poco de temor antes de conocerlo, me encantaba su poesía, pero de ahí a encontrarme con este león de la literatura mundial era otra cosa…».
Pring-Mill descubrió su poesía durante un viaje de estudios a Sudamérica en 1949, cuando de manera inopinada llegó hasta Chile y allí le regalaron sendos ejemplares de Veinte poemas de amor y una canción desesperada y de una edición clandestina de «Que despierte el leñador» impresa a mimeógrafo. En 1967, recorrió en automóvil toda América, desde Canadá hasta la Patagonia, para conocer el territorio, las gentes y las culturas cantadas por el poeta. Se convirtió en uno de los principales estudiosos de su vida y su obra y preparó una antología básica con un excelente estudio preliminar: Pring-Mill, Robert: Pablo Neruda. A basic anthology. The Dolphin Book. Valencia, 1975.
Entrega del Doctorado Honoris Causa
La entrega del Doctorado Honoris Causa tuvo lugar el 1 de junio a las cinco de la tarde en la Taylor Institution de esta universidad, nacida a fines del siglo XI. En una sala llena de estudiantes vestidos de rigurosos trajes oscuros, Neruda, tocado con el birrete y la capa escarlata según el antiquísimo ritual, escuchó el panegirico pronunciado en latín por el «orador público» de la universidad y después recibió el diploma de manos del vicecanciller. Tuvo la precaución de someterse con gusto y extrema atención a todas las formalidades. «Me preocupaba en la ceremonia colocarme correctamente el birrete que me entregaron los catedráticos de Oxford. El ex primer ministro MacMillan, que también fue investido Doctor Honoris Causa, se puso el birrete al revés y se dice que se paseó por todo Oxford ante la risa contenida de quienes le vieron». Entre los invitados estaban el embajador chileno, Víctor Santa Cruz, Bertrand Russell (Premio Nobel de Literatura en 1950) y los aún desconocidos V. S. Naipaul (Premio Nobel de Literatura en 2001) y Paul Johnson (futuro historiador de prestigio mundial). El poeta pronunció un discurso de agradecimiento «bello y desusado» que «entusiasmó y emocionó a todos los que lo escucharon», rememoró Pring-Mill en 1993. Leyó también diez poemas, entre ellos «Lautaro», «Oda a la cebolla» y «Testamento de otoño».
Los Beatles
Durante aquellas semanas pudo deleitarse conociendo distintos lugares de Inglaterra y percibir la inmensa popularidad de un conjunto de música que era ya, también, universal: «La juventud inglesa es bulliciosa, desprejuiciada, rebelde. Y está muy bien que así sea. Es conservador asustarse porque los jóvenes se dejen crecer el pelo o la barba y bailen desenfrenadamente. […] Justifico que Los Beatles sean populares y los reciban multitudes en todos los lugares. Cantan bien e interpretan el saludable desenfado y desprejuiciamiento de los jóvenes».
Neruda, el príncipe de los poetas
pág. 396, 397, 398, 399, 400.