Una galería española subastará en marzo más de 600 objetos del poeta Pablo Neruda, entre manuscritos, objetos personales y libros dedicados a García Márquez o Allende, coleccionados durante más de 25 años por un bodeguero apasionado del Nobel chileno.
«Me daba pena tenerla en casa solo pudiéndolo enseñar a dos o tres amigos. Creo que debe estar en un sitio que se pueda compartir con el resto de personas», dijo el propietario de la colección, Santiago Vivanco, en la rueda de prensa organizada por la casa de subastas La Suite de Barcelona (noreste).
La subasta comienza en $580 millones
La subasta será el 19 de marzo y partirá con un precio de casi 580 millones de pesos (650 mil euros). Todas las piezas se venderán en un único lote por deseo expreso del propietario. «Esta colección me ha costado mucho tiempo y económicamente conseguirla. No quería que se perdiese y se dispersase en 600 lotes», explicó Vivanco.
Primera ediciones, fotografías, caligramas y correspondencia
Entre las piezas destacan numerosas primeras ediciones de sus obras, fotografías, caligramas y correspondencia, libros de artista con ilustraciones de Diego Rivera, Pablo Picasso o Joan Miró o ejemplares con dedicatorias al expresidente chileno Salvador Allende o los Nobeles Miguel Ángel Asturias o Gabriel García Márquez.
«Querido Márquez, amigo, con mis felicitaciones por este ‘hallazgo’ de hace casi 50 años y que ni yo tengo», le escribe el chileno al colombiano en el ejemplar dedicado, una primera edición de una de sus obras más conocidas, «Veinte poemas de amor y una canción desesperada». «Realmente es un conjunto excepcional, espero que encuentre un cobijo en una colección pública o privada que sepa conservar este magnífico legado«, dijo Juan Manuel Bonet, escritor y crítico de arte que participó en la rueda de prensa.
Pasión por Neruda
La colección surge de la pasión por Neruda de este empresario de una histórica familia de bodegueros de La Rioja (norte de España), nacido precisamente en el año de la muerte del poeta chileno, en 1973.
Lo descubrió siendo un joven enamoradizo que, cuando no encontraba inspiración para escribir sus propios versos, recurría a la obra del chileno. «He estado 25 años coleccionando a Neruda por todo el mundo» pero «tengo el convencimiento de que ha terminado un ciclo», dijo Vivanco, que reconoció haber roto a llorar al visitar la tumba de Neruda en Isla Negra.
El empresario sopesó donar la colección a una institución pública, pero finalmente decidió subastarla para «poder seguir comprando y adquirir más colecciones de las que tengo». Eso sí, no se desprenderá de todo: en su archivo quedarán algunos libros con dedicatorias menos relevantes y también un pasaporte de Neruda.