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Tengo una ciudad íntima que me impide amar a otras ciudades creo que eso se llama la maldición del enamorado Valparaíso rompió dicha maldición el día que acaricié su fragilidad tocando sus muros saturados de historias no contadas ah no sé porque mi amor tiende tanto a inclinarse hacia lo frágil Todos estamos buscando una vida que sea más real que cualquier metáfora yo aprendí a andar como una isla invisible cuando camino por Valparaíso no puedo apurarme la edad de la urbe pesa sobre mis pasos No se puede saber con exactitud dónde empieza y termina Valparaíso quizá tiene la misma dimensión que el mar que la nutre desde siempre
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Valparaíso tiene una piedra feliz desnuda como la vida frente a sí misma todo inspira en una ciudad que se parece a un estallido poético por ejemplo una vieja librería que ha sobrevivido a todas las crisis un perro que ladra libremente en un recital un bar lleno de fantasmas que aman la vida el tiempo que se devora a sí mismo todo es posible en la ciudad de las piedras hablantes por ejemplo aprender el nombre de algunas calles que no existen buscar el amor en una mirada fugitiva tocar una estrella y seguir siendo humano nombrar el borde invisible de una herida sin obligarla a callar una herida suele saber toda la verdad acerca de nosotros Si la poesía fuera una ciudad podría llamarse también Valparaíso
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Te amo con mis acentos incorregibles y mi negrura absoluta te amo con mi silencio que también es mi primavera Cualquier lugar es ideal para el exilio pero no todos aman una ciudad que se dedica a escuchar los rumores húmedos del Pacífico Valparaíso y yo hemos acordado que los únicos elementos indispensables para cualquier exilio son las palabras y el azul cósmico lo único real en este mundo es la velocidad de la luz Valparaíso y yo hemos entendido que podemos sobrevivir sin patria, sin pasado incluso sin agua ( por eso los desiertos transforman la sed en felicidad) pero sin poesía cualquier ciudad muere y la desesperación ocupará el lugar de la bondad
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Valparaíso, Sursum corda el pueblo vuelve a plantar su bandera en los cerros como una esperanza flexible y digna de toda aventura ¿Qué poder tienen los fuegos que no pueden derrotar nuestros sueños ? Si este poema fuera un puerto yo sería el primero en desembarcar porque no he visto fuego más poderoso que un pueblo que se despierta buscando el mar después de cada incendio los cerros se reinventan azules como la tierra de los titanes Valparaíso, te escucho cuando la vida se contradice a sí misma te miro como una estrella infame que se desnuda en balcones viejos y la noche se disfraza de peces voladores cuando el Cardonal se abre para el primer beso Cuando todo esté perdido o los demonios encuentren tu llave secreta este poema aún se llamará Valparaíso sursum corda
Un comentario
Maravilloso!!!🔥