Pido prestadas algunas páginas de mi soberbia
después de haber gastado otro par de zapatillas
las mismas que he comprado durante siete años.
Escucho esa radio fascista
que inevitablemente me atrapa
con su música de antaño.
Recuerdo a mi madre y sonrió.
Espero al hijo del panadero
que paciente habita
en el lindero esquivo de mi corazón.
Suelo desaparecer interpretándome
en Jou de Sant.
Me encanto de la vida
recorriendo la geografía humana,
aferrándome a la existencia
para llegar a mi destino.
Soy feliz comiendo chocolate con menta
como cuando niña…
en las tardes frías y de apagones
en Cinco de Abril.
Guerra en las calles!
Cacerolazos de hambre en Quinta Norma
donde el almacén de mi viejo quebró
de tanto fiar.
Nada soy en la memoria Renquina
como esa perra hecha pellejo y garrapatas
tirada a la suerte.
Hoy
Busco una puerta coleccionando llaves
Plasmo pequeñas imágenes que prendieron cigarrillos.
Camino en la estación sin tiempo
esperando un tren a ninguna parte.
Hago el amor con mi suerte
y no me atormenta orinar en un cementerio.
El futuro incierto me levanta cada mañana
y en el rancho una bicicleta azul espera
aprender a volar.