Sin más, sin rodeos y menos disfraces, como lo que soy, un ser sincero y transparente, un valiente, un guerrero, digo fuerte y claro: yo tuve un maestro. Como lo han tenido muchos, muchos de los grandes: Naranjo, Jodorowsky, Mishima, por poner ejemplos. Y con esto en ningún caso quiero decir, ni siquiera insinuarlo, que soy un grande o lo llegué a ser, nada más alejado. Pero sí, tuve el privilegio que muchos han soñado en tener, yo tuve un maestro y se llama Pablo Salinas.
A decir verdad no solo un maestro, sino un guía, un compañero, en definitiva un amigo, un hombre que me dijo claro: escribe, escribe, escribe, la poesía es lo más elevado en el arte, y en Chile tenemos grandes poetas, si quieres por lo menos llegar a sentirte bien contigo mismo, escribe.
Y mira que lo hice, me puse a escribir, a leer día y noche, entre juerga y bandurria, entre soledad y compañía. Leí y leí a la gran mayoría de los poetas chilenos, a los narradores más importantes, porque yo quería seguir a mi maestro.
Un día se me ocurrió seguir la senda de muchos y como yo tenía estudios de actuación, me dediqué a hacer intervenciones urbanas en el Litoral, pero no estaba solo, mi maestro y amigo estaba ahí, haciendo un trabajo fundamental para mi arte, primero grabar y después difundir, algo no menos valioso que el trabajo que yo realizaba en la calle. La difusión a través del Blog Algarrobo Al Día, hizo mi arte tremendamente conocido por muchas personas. Llegué a miles, lo que nunca se hubiera logrado de otro modo.
Hoy nos separa la distancia física; ya no vivo en Algarrobo. Como todo discípulo tiene que salir, ver otras realidades, otros países, entrar en otras enseñanzas. Pero tengo claridad que en Algarrobo y sus alrededores, hay muchos artistas, activistas, dirigentes, lectores, que están en la ciudad, viendo desde sus pantallas, cómo se gesta un entramado notoriamente desigual en la lucha social de esta comuna.
Hoy, una empresa sanitaria levanta una demanda en contra de una de las personas que más ha luchado por el despertar de la gente, por entregarle información a todos los ciudadanos. Recuerdo hace algunos meses atrás la lectura de Pablo en el Congreso Nacional, una lectura en defensa de la conservación del Islote Pájaro Niño, una defensa impecable, propia de un intelectual, propia de los hombres que marcan la historia.
Por otro lado, imposible olvidar la férrea lucha que ha dado en materia inmobiliaria, ecológica, política, y esto solo por nombrar algunos temas, donde el Arte por supuesto no ha quedado al margen.
Vecinos de Algarrobo y sus alrededores, como amigo y ex vecino de Algarrobo, les hago un llamado y los insto a levantarse junto Pablo, para que en este mismo caminar manifiesten su repudio ante dicha injusticia. Porque no se puede llamar de otro modo al hecho que una empresa sanitaria coloque todo su poder monetario sobre quien solo ha pensando ir en defensa de los derechos de los ciudadanos de toda la extensión del litoral, desde Tunquén a Llolleo. No dejemos que grupos económicos poderosos vulneren nuestra libertad de expresión y menos a ciudadanos que han luchado por el despertar.