Nuevos tiempos; nuevos códigos

2020: La época de los mimos

mimos mimo
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Algunos ya no se dan la mano y se saludan con gestos. Han ideado una serie de códigos para expresar emociones sin tocarse.
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En esta época de introspección social, en el que ver películas (hoy una de las mejores industrias de la economía naranja) se siente como recordar tiempos de otra humanidad, bien vale desarrollar nuevos códigos que aporten calidad a la reducción de interacción física.

Es así como algunos ya no se dan la mano y se saludan con gestos. Han ideado una serie de códigos para expresar emociones sin tocarse.

Los mimos

Cuando quieren expresar un abrazo efusivo, abren los dos brazos -como Cristo en la cruz-, expresando un espacio de energía amplio, confiable. Cuando es una saludo formal, sin tanta confianza, juntan los puños de ambas manos. Y así con una diversidad de otros códigos, que van desde el saludo a una mamá, a un hermano o a un personaje al que admiran.

Qué duda cabe que este trauma social modificará nuestra conducta. Miraremos con nostalgia nuestro estúpido y cercano pre·presente, que con todo lo malo seguía siendo un regalo que no sabíamos apreciar. El coronavirus es producto nuestro.

Por eso, con todo a punto de tocar fondo, ahora sí que se abre la posibilidad cierta de construir una renovada conciencia.

Ahora sí que estamos en posición de transformar nuestra humilde existencia en una triste enfermedad o en un ciclo de introspección social justo y necesario, para más pronto que tarde transmutar hacia nuevos hábitos, nuevos valores.

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“Qué haré, qué haré, me dije y el éter que es propiedad de los sueños me llevó a un mundo lleno de niebla…”
Escudo y espada. Impenetrable en defensa, profundo en ataque, coloso de crear. 4-4-2 libre con el D10S de la poesía moviendo los hilos de un universo pasado, análogo, vertical. Hoy pieza clave en cualquier cancha poyética del mundo, y lo mejor: tremendamente local. Jugador llave del equipo capaz de abrir las mil puertas... litoral internacional.
Busca el punto justo de la sensatez. No intentes el extremo de olvidar ser animal. ¡Que vuelvan las aldeas! ¡Que vuelvan las manadas!