La provincia de San Antonio ha sido en tiempos recientes, dada en llamar El Litoral de los Poetas. Esto, en honor a una supuesta vocación poética inherente de este territorio, pero sobre todo por la presencia y residencias de tres de los más importantes poetas de habla hispana: Vicente Huidobro, Pablo Neruda y Nicanor Parra. El Litoral de los Poetas, surge entonces, como un eslogan, como una estrategia de marketing o -para los más optimistas-, como una política pública para promover un modelo de desarrollo basado en un turismo en el que los Poetas aparecen como figuras centrales y conducentes de dicho desarrollo. Aun cuando este modelo de desarrollo aparentemente ha fracasado (esto en el caso de que efectivamente haya sido implementado), en el imaginario colectivo, la provincia de San Antonio es igual a El Litoral de los Poetas.
En otro orden de ideas, de acuerdo con Karla Pino, arquitecta del paisaje y máster en urbanismo, la provincia de San Antonio vive un proceso de expansión urbana relacionada al fenómeno de metropolización (…) el cual avanza sobre áreas de alto valor ambiental y sustituye zonas de alto valor para la conservación, zonas rurales y zonas de riesgo por zonas urbanas. Esta autora además señala que la protección dada por los instrumentos de planificación territorial a los sistemas ambientales es escasa, no reconoce las unidades de paisaje que configuran la matriz costera ni los servicios ecosistémicos que ellas proporcionan.¹
El objetivo de este trabajo es analizar, a través de la perspectiva de la ecocrítica, el ecopoema “Monumento al Mar” de Vicente Huidobro -poeta fundacional de El Litoral de los Poetas – de su libro póstumo Últimos poemas (1948). A través de este análisis se busca homologar el discurso ecopoético de los Poetas con la realidad ambiental local, de manera tal de articular un pensamiento ecológico constructivo provincial que integra al ámbito de las letras y la cultura.
La ecocrítica es el estudio de las relaciones entre la literatura y el medio ambiente² y explora la visión de la naturaleza en obras literarias que manifiestan una preocupación por denunciar o hacer ver éticamente la relación del hombre -y la mujer- con su medio natural³, y constituye un campo interdisciplinar que parte de la premisa ecológica de que todo está interconectado. Por ello, insiste en establecer conexiones y relaciones entre seres, especies, disciplinas, textos y lecturas, al tiempo que busca un compromiso ideológico. De acuerdo con Arnaldo Donoso, académico de la Universidad de Concepción, la ecocrítica viene contribuyendo a la reflexión transdisciplinar al promover el diálogo entre los estudios literarios, las ciencias, las humanidades, la ética y el pensamiento ecológico en un contexto de crisis medioambiental provocada por la acción del ser humano en los ecosistemas a escala global.⁴
Vicente Huidobro y su «Monumento al mar» de Cartagena
Los diferentes movimientos vanguardistas (de los que Huidobro es figura central) que surgen en América Latina a principios del siglo pasado representan, en general, una actitud de rechazo al llamado realismo literario; reconociéndose una postura antinaturalista en las vanguardias: para Huidobro, la poesía se funda en la autonomía del arte y en el concepto de creación, según el cual el poema aparece en el mundo como un objeto nuevo, creado, distinto de los objetos naturales⁵, todo lo cual significó la implantación de un discurso del desarraigo que aniquilaba la especificidad de los lugares, los lenguajes y las tradiciones, en busca de un espacio ajeno a toda realidad local⁶: “el valor del lenguaje de la poesía está en razón directa de su alejamiento del lenguaje que se habla”, dijo Huidobro.
Hacia los comienzos del creacionismo, Huidobro, aparentemente, pierde contacto con la realidad en sus esfuerzos por crear nuevos mundos al yuxtaponer la modernidad y sus avances tecnológicos (aviones, automóviles, paracaídas) y lo tradicional-natural (dios, árboles, mar, luna). Al reordenar las cosas de la naturaleza, se busca alcanzar una belleza estética superior a la belleza de la naturaleza: mediante los versos “LA CRUZ DEL SUR/Es el único avión que subsiste” de Horizon carré (1917) el poeta pretende artificializar el elemento natural Cruz del Sur, mientras que, como señala Niall Binns⁷, destacado filólogo, en Ecuatorial (1918) se naturaliza el aeroplano, despojándolo de su potencia moderna: “El divino aeroplano/traía un ramo de olivo entre las manos”.
Ostria (2008), señala que “las ‘realidades’ poéticas de Huidobro no implican la negación de la realidad natural o artificial en la que nos movemos los seres humanos. Sólo se trata de universos de significación distintos. Lo que Huidobro rechaza, entonces, es la práctica poética empeñada en un realismo imitativo, apegado a las apariencias y efectos de la llamada realidad, un realismo pedestre que confunde el universo de discurso de la poesía con el lenguaje pragmático y cotidiano. Huidobro no rechaza, entonces, ‘la naturaleza’, opone (y no siempre) lo natural a lo artificial o lo artístico como una elemental forma de distinción funcional, que permita discernir oficios y tareas. El poeta, en la concepción estética huidobriana, está lejos de destruir la naturaleza, o de negarla, ni mucho menos de asumir respecto de ella una postura depredatoria”. Continúa diciendo que “si se examina con cuidado su escritura poética, se descubre que, (…) en ella se expresa una visión donde reina el equilibrio entre las imágenes provenientes de la naturaleza y las originadas en artefactos humanos” mediante la cual se busca “pasar de una visión dicotómica (naturaleza/arte, poesía) a una mucho más comprensiva e integradora”.
Basta ya de cortar el hombre y la tierra y el mar y el cielo (...) No se puede fraccionar al hombre, porque hay todo el universo, las estrellas, las montañas, el mar, la selva, el día y la noche.⁸
Para 1931, en su manifiesto “Total”, Huidobro establece una posición acerca de la relación medio ambiente-sociedad, poniendo al hombre, a la naturaleza y al cosmos como un todo interconectado. Sin embargo, sería en la década de 1960 con el surgimiento del movimiento ecologista cuando la sociedad en su conjunto empieza a poner atención a los problemas de degradación y contaminación ambiental, por lo que sería inexacto decir que en la poética huidobriana existe una intención ecopoética explicita, aun cuando a partir del análisis ecocrítico sea posible observar aproximaciones ecologistas en Huidobro.
Afirma Binns (1996) en un texto titulado Herencias antipoéticas: Vicente Huidobro y Nicanor Parra, que este último destaca en la poesía huidobriana la temática supuestamente ecológica y el uso de un lenguaje supuestamente coloquial como las conquistas centrales de su precursor. Volveremos sobre este interesante punto más adelante. Por lo pronto, y como es sabido, hacia 1946, Vicente Huidobro se instala en el balneario de Cartagena. A finales de 1947 sufre un derrame cerebral y muere el 2 de enero de 1948. Tiempo después se publica Últimos poemas, una recopilación de textos inéditos y publicaciones dispersas en revistas. Nicanor Parra afirma, en su discurso Also sprach Altazor. Discurso de Cartagena (1997), que “Monumento al mar” fue escrito por Huidobro durante su residencia en Cartagena en aquellos últimos años, y en donde se observa una actitud ecológica y algo coloquial.
Para la poesía de los Poetas de El Litoral de los Poetas el mar es un tópico básico. El mar, un componente central en el paisaje costero representa un elemento fundamental para las economías locales, y su salud ecosistémica determina la prosperidad o la adversidad económica local⁹. En torno de las playas -verdaderos centros sociales -se agrupan diversas identidades productivas locales: pesca, gastronomía, turismo, entretenimiento, artesanía. Sin embargo, aquel mar, fuente de subsistencia y ocio, es contaminado con aguas servidas y residuos domiciliarios; los ciclos geomorfológicos de los que forma parte esencial se ven alterados de manera irreversible por la extracción de arena, por la instalación de proyectos inmobiliarios en la playa y por la fragmentación de los humedales costeros, causas que agudizan el drama ecológico global, la extinción de especies y los cada vez más frecuentes efectos del cambio climático sobre las zonas costeras.
En “Monumento al mar” se representa la relación sociedad-mar (o medio ambiente) en un tono poético un tanto insólito en Huidobro: no se advierte la creación de nuevos mundos, sino que una representación más cercana del universo conocido donde el poeta habla por la humanidad. La historia de interacciones entre los seres humanos y el medio marino ha oscilado grosso modo entre periodos de armonía y catástrofes naturales, y en una suerte de recíproca subyugación. Así es entonces, vemos en este texto cómo el hablante lírico reconoce en el mar –mediante su personificación –una “entidad” natural con autonomía e independencia (“Este es el mar / El mar con sus propias olas / Con sus propios sentidos”), pero restringida a la imperfección inherente del mundo humano, que lo somete mediante el vertimiento de sustancias contaminantes y su sobrexplotación, de todo lo cual el mar –ahora como un ser sobrenatural –busca liberarse (“El mar tratando de romper sus cadenas / Queriendo imitar la eternidad”). A continuación, el hablante trae a la memoria con evidente temor, imágenes del mar amenazando la fragilidad humana, a través de desastres naturales como marejadas o tsunamis, los cuales puede producir a voluntad este ahora Supremo e irascible mar (“Cuando tu cólera hace estallar los meridianos […] / Tengo miedo de tus venganzas”), para finalmente mostrar un claro arrepentimiento por los daños causados de modo tal que el mar absuelva a los humanos de su castigo merecido, al tiempo que el hablante se anima a proponer una salida a los problemas ecológicos a través de un nuevo tiempo, donde el mar junto al ser humano viven una relación fraterna y de realización de los más altos valores (“Y te tiendo las manos como flores / Hagamos las paces te digo / Tú eres el más poderoso / Que yo estreche tus manos en las mías / Y sea la paz entre nosotros”).
Por otra parte, aun cuando el tono apocalíptico y el arrepentimiento sean centrales en estos versos, la idea de armonía entre el poeta, los seres humanos y el mar, inaugura “Monumento al mar” y surge como una aspiración constante durante el poema:
Paz sobre la constelación cantante de las aguas
Entrechocadas como los hombros de la multitud
Paz en el mar a las olas de buena voluntad
Paz sobre la lápida de los naufragios
Paz sobre los tambores del orgullo y las pupilas tenebrosas
Y si yo soy el traductor de las olas
Paz también sobre mí
Miedo, angustia y muerte son motivos también estructurales del poema. Estos surgen por la imagen-amenaza latente del mar tomando venganza a través de una catástrofe que borre la sociedad y sus vicios. El hombre impotente y sin posibilidad ante “Sus olas que barajan los destinos”, maldice al mar (“Que los niños apedreen tus ventanas / Que te arranquen el pelo / Tose tose revienta en sangre tus pulmones / Que tus resortes enmohezcan / Y te veas pisoteado como césped de tumba”), pero pronto se retracta agobiado y solícito cuando repara en su propia inferioridad (“Pero soy vagabundo y tengo miedo de que me oiga […] / Olvida mis maldiciones y cantemos juntos esta noche”), exhortándolo a olvidar y a ponerse -empáticamente -en sus zapatos (“Hazte hombre te digo como yo a veces me hago mar”), momento en el que el hablante se torna compasivo y ligeramente adulador mediante el uso excesivo de la expresión “he aquí”.¹º
Tu eres el más poderoso (…)
Junto a mi corazón te siento
Cuando oigo el gemir de tus violines
Cuando estás ahí tendido como el llanto de un niño
Cuando estás pensativo frente al cielo
Cuando estás dolorido en tus almohadas
Cuando te siento llorar detrás de mi ventana
Cuando lloras sin razón como tú lloras
Bastián Brito Yanque
Ingeniero en Medio Ambiente y Recursos Naturales
c.brito.yanque@gmail.com
- 1 Karla Pino Rojas. 2018. Metropolización sobre zonas costeras: criterios de ordenamiento para la conservación de los sistemas ambientales. Tesis de Magister en Urbanismo. Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad de Chile.
- 2 Cheryll Glotfelty y Harold Fromm. 1996. The Ecocriticism Reader: Landmark in Literary Ecology. Athens, Georgia, University of Georgia Press.
- 3 Juan Gabriel Araya. 2008. Nicanor Parra. De la Antipoiesis a la Ecopoiesis. Estudios Filológicos 43: 9-18.
- 4 Arnaldo Donoso. 2015. Estudios literarios ecocríticos, Transdisciplinaridad y literatura chilena. Acta Literaria, LI, pp. 103-118.
- 5 Mauricio Ostra. 2008. Una lectura ecocrítica de textos huidobrianos. Anales de Literatura Chilena, Año 9, pp. 221-234.
- 6 Niall Binns. 2002. ¿Por qué ecopoesía? Ministerio de Educación, Chile.
- 7 Niall Binns. 1996. Herencias antipoéticas: Vicente Huidobro y Nicanor Parra. Nuevo Texto Crítico (Stanford, California), III: 18, pp. 139-152.
- 8 Fragmento del manifiesto “Total” (1931).
- 9 A este respecto es relevante mencionar al menos dos casos. Las consecuencias de la erosión en las playas y dunas de Cartagena han sido múltiples, entre ellas, el aumento del nivel de mar y la consiguiente pérdida de espacio de playa, además de daños a la infraestructura pública. En la Playa Chica del balneario de Las Cruces, desde hace unos quince años durante los veranos, ocurre un fenómeno de eutrofización que produce un bloom de un alga roja conocida como “luguilla” (perteneciente al género Pterosiphonia o Heterosiphonia), la que surge producto de las altas temperaturas y por el aumento de materia orgánica vertida al mar. La excesiva presencia de esta alga en el mar, su acumulación y descomposición en la orilla trae consecuencias negativas para que la convivencia comunitaria se desarrolle normalmente. Ambos casos entonces, generan un detrimento en las actividades económicas de subsistencia que ejercen las comunidades locales.
- 10 Se evidencia el delirio producido por la desesperación que causa en el hablante la imagen del mar (re)ocupando territorio en un contexto de emergencia climática y sus efectos colaterales sobre los derechos humanos.