El Tiempo

mario barahona
El tiempo Que pasó por la ventana Ató su estela a nuestra melancolía Dejándonos a merced de un cerebro fragmentado Y harto de miedos Desde entonces nacemos En el vórtice de un naufragio
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El tiempo Que pasó por la ventana

Ató su estela a nuestra melancolía

Dejándonos a merced de un cerebro fragmentado

Y harto de miedos

Desde entonces nacemos En el vórtice de un naufragio

Océano de neuronas

Donde nadar y nadar o nadar

Es el impulso vital

Contra la corriente A favor de la corriente

Da lo mismo Importa nadar

Sola-mente-nadar

Y obedecer

Para que la nostalgia no tenga ni un tiempito

De hincar en nuestra espina dorsal su lanceta

Embetunada con el desdén de las migajas

Que cayeron de la mesa de las expectativas ajenas

Justo en el centro del vacío que dejaron nuestros sueños

Al huir despavoridos de la embestida de las ecuaciones de asalto

Debida-mente blindadas

Flanqueadas de perros policiales diestra-mente amaestrados

Ya se apaga la última sirena

En el horizonte alambrado

Después de imponernos hasta los suspiros

Conveniente-mente rotulados Con Flúor adicional

Para evitar las caries de nuestra simpleza

Masticar científica-mente lo que nos suministran

Y así tragarnos hasta la última rueda de carreta

Con carretero Picana Yugo

Y un tropel de bueyes magos

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La Quebrada de Córdova emerge desde el corazón del Litoral de Los Poetas como un gran pulmón verde y como el parque más grande del Litoral Norte. Aparece quebrando la conectividad, dando sentido al origen de la palabra El Tabo, de Tavolguen, que significa “Lo quebrado”.
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