Ahora me voy
para no existir en mi soledad.
Ahora que estoy media desnuda
media abandonada.
Recuerdo haber estado así
Una felicidad dispersa en el desencanto
Con la maleta lista a algún lugar.
No dejaré por supuesto
la petaca y el libro de poemas.
No dejaré las fotos y discos viejos
que alimentarán los vidriosos ojos
de mi perro negro.
Se perderán mis pasos
en el antiguo barrio.
No se extrañarán mis costumbres vulgares
ni mi sonrisa.
Pues llevo la pena del siglo
encarnada en las pesuñas.
Llevo una guerra que me persigue.
Llevo el conflicto armado de mi conciencia.
Así me perderé
entre este mundo y el otro
para construir una nueva historia
donde nazca un verso.