Y, así como las editoriales más exclusivas disponen de sus propias librerías de ventas, enmarcados en objetivos de fomento y promoción de la lectura, los libros también tienen sus casas y o nidos propios que se apropian del espacio público en lugares visibles y al paso de la gente. Se trata de pequeñas bibliotecas accesibles gratuitamente en los parques, plazas, cerca de las escuelas, salidas de estaciones de trenes, Metro y o de estacionamientos subterráneos de ciudades, pueblos y pequeñas localidades; una iniciativa que no funciona basada en la modalidad de trueques, es decir, si uno quiere llevárselos no es necesario dejar allí libros sino más bien representan una invitación abierta a niños, jóvenes y adultos a llevárselos consigo a su casa o sencillamente facilitar un Punto de Lectura a quienes se animen a leerlos inmediatamente en las plazas y parques. Hay novelas policiales, libros de poesía, cuentos, geografía e incluso revistas para todos los gustos. No hay nada más tranquilo que un libro. ¿O no?
Texto y fotografías: Myriam Carmen Pinto en Villemer y Fontainebleau, Francia. (noviembre 2021).