De su libro "Poemas y antipoemas" (1954)

Nicanor Parra: «El Poeta y la Muerte»

el poeta y la muerte
Imagen creada por Adobe Firefly
«El poeta y la muerte» es un antipoema de Nicanor Parra publicado en 1954 en su libro «Poemas y antipoemas». Este texto aborda la temática de la muerte con un tono irónico y desmitificador, característico de la antipoesía de Parra. La obra fue recibida en la época con opiniones divididas; algunos críticos elogiaron su innovación, mientras que otros no la consideraron poesía.
Comparte en las redes

A la casa del poeta
llega la muerte borracha
ábreme viejo que ando
buscando una oveja guacha

Estoy enfermo - después
perdóname vieja lacha

Ábreme viejo cabrón
¿o vai a mohtrar I'hilacha?
por muy enfermo quehtí
teníh quiafilame I'hacha

Déjame morir tranquilo
te digo vieja vizcacha

Mira viejo dehgraciao
bigoteh e cucaracha
anteh de morir teníh
quechame tu güena cacha

La puerta se abrió de golpe:
Ya - pasa vieja cufufa
ella que se le empelota
y el viejo que se lo enchufa

Comparte este post!

Déjanos tu comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.

O CON FACEBOOK

OTRAS DOSIS DE Antítesis

Un mar de conocimientos, con un centímetro de profundidad. Así le dicen a los periodistas. Por eso viene aumentando la especialidad, por eso debe brotar un nido naranja, por eso se debe recuperar el espíritu.
El poeta Álvaro Ruiz nos trae este hermoso poema sobre Cantalao, espacio en Punta de Tralca, El Quisco, concebido por Pablo Neruda -a principios de los 70- para conectar a Chile con la poesía y la ciencia del mundo.
Hay quiénes han reído, llorado y descubierto parte de sus raíces. Historias que hablan desde ese otro tiempo de valor por lo colectivo. Eso es el libro de mi padre, “Arreando sueños: Memorias de un rufiniano”, lanzado de forma independiente en febrero de este año, tras años de escritura y poco más de dos meses antes de que este viejo cóndor decidiera volar hacia las cumbres. Este es mi prólogo para él, uno de tres, y en este día del padre me doy la licencia de compartirlo.