Nos entristece y preocupa el reciente despido de más del 70% de los trabajadores de diario El Líder, medio provincial dependiente de El Mercurio.
Nos entristece porque se trata de periodistas con años de servicio, cumpliendo una función intelectual agotante; desarrollando a diario su profesión al juicio de lo público; trabajando mucho y ganando poco, porque esa es la realidad de los profesionales de la información.
Nos preocupa porque es una mala, extraña y tal vez agresiva señal para nuestra provincia, que en plena era de las comunicaciones, en pleno auge del decir poético, se restrinjan las voces y se siga precarizando una importante labor en la sociedad, pues crear información de calidad es el fundamento esencial en la alquimia hacia un mejor Ser; hacia la construcción de algún futuro.
Hay quienes creen que algunos medios deben desaparecer. Nosotros pensamos que las formas de comunicación, lejos de extinguirse, deben brotar, crear nidos, diversificarse.
Y aunque nosotros detestamos el sobre abuso de la crónica roja de diario El Líder, por ejemplo, y no comprendemos la indiferencia hacia el decir poético -especie de panacea cultural de Chile que se desarrolla en sus propias narices-, valoramos el aporte social que hace el pasquín, que también es una de sus funciones.
Cómplices de violencia ambiental
No obstante lo anterior, tampoco podemos eludir y dejar de condenar, el gran delito, por acción y en algunos por omisión, cometido en contra de «Santuario Gota de Leche«, que terminó con el exalcalde de El Tabo, Emilio Jorquera, removido de su cargo por evidente falta a la probidad, con una cantidad inabordable de antecedentes de enriquecimiento conflictuado con la ética y de delito ambiental, que expelían rasquerío a kilómetros de distancia.
Editorialmente diario El Líder estaba en conocimiento de la situación que ocurría «en el corazón del Litoral Poeta» y se hizo el leso, nunca dijo nada, y esto se debió a que primó el criterio comercial, por sobre el juicio editorial. Se impuso el descriterio por encima del prestigio, que es finalmente el único y el más preciado capital que cualquier empresa noticiosa puede ostentar.
Nueva dirección
Está bien que las municipalidades aporten económicamente a los medios, pues a través de éstos pueden llegar a sus vecinos con informaciones pertinentes. Pero debe ser regulado.
Con todo, queda en evidencia que la gestión comercial de diario El Líder no se ajusta al estándar del los tiempos, pues nunca entendió que las municipalidades aportan a los medios para servir con información funcional a la población y que no son el conventillo de luquitas mal ganadas que bonifican la vista gorda. No comprendió que en la balanza del largo plazo, las empresas informativas viven del prestigio y que lo que sale en sus páginas es tan importante como lo que no se publica. Todo lo demás es el resultado de cuando un medio no se ciñe al liderazgo periodístico.
Sin pan ni pedazo
Ahora es sano para el medio, si quieren reponerse realmente de este desastre, renovar la cabeza comercial de Diario El Líder. Ya es parte de las guindas mencionar que Litoral Poeta y revista Antítesis ofrecimos al área comercial de dicho periódico, el diseño y producción de un suplemento (cuartilla) cultural semanal, sin costos base (porque bastaba con reemplazar una sección), que además les traía recursos, aumentaba su presencia en la provincia, y lo más importante, construía hacia el lugar correcto, porque no es un invento que este es uno -sino el más- de los polos culturales más connotados de Chile ¿Nula visión ejecutiva o el orgullo de los absurdos?
Así también es necesario un fuerte mea culpa editorial que autocuestione la debilidad que hubo en la imposición de la visión correcta.
El despido de más del 70% de los trabajadores de Diario El Líder es una crónica verde teñida de roja, que dejó a todo un equipo de trabajo, hoy, sin pan ni de pedazo.