Nobel Neruda: una experiencia poética culinaria

El Restaurante Nobel, situado en la icónica Casa Museo Pablo Neruda de Isla Negra (El Quisco, Chile), ofrece mucho más que gastronomía; es una inmersión total en el mundo y la historia del célebre poeta chileno. Mi visita para celebrar el 18 de septiembre al estilo nerudiano fue una experiencia gastronómica y cultural inolvidable, que todo sibarita y gozador de la vida debería conocer.
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Celebré el aniversario de Chile en el recientemente inaugurado restaurante Nobel, ubicado dentro de la Casa Museo de Pablo Neruda en Isla Negra, con una experiencia gastronómica de cuatro tiempos en la cual se podía ir eligiendo entre bocados provenientes del mar o de la tierra.

Me recibió el connotado chef Michael Bórquez, gerente de operaciones de Nobel y uno de los socios de la empresa Rebel, que es la compañía socio-operadora que actúa como soporte desde el área de la tecnología y la ciencia de los alimentos. Mike es una de las razones que explican que Nobel esté operando en Isla Negra, pues antes de vivir fuera de Chile trabajó en el antiguo restaurante que operaba dentro del museo, lo que seguramente, junto a su posterior experiencia en el extranjero, le dieron una visión y una perspectiva clara respecto a lo que debía ser una vivencia sensorial, gastronómica y cultural asociada al poeta Pablo Neruda, personaje tan relevante en la literatura universal.

Michael Bórquez y el gerente comercial de Nobel, Gabriel García, son los puntales de un equipo multidiplinario de más de 50 personas liderado por Paulina Montecinos, directora ejecutiva de Vincula S&C y su marido, el inquieto doctor en biotecnología y cofundador de NotCo, Pablo Zamora, hoy también padre de Rebel, presidente de Fundación Chile y consejero de Banco Estado.

La experiencia

Estar dentro de la casa de Pablo Neruda, con el furioso mar de Isla Negra como telón de fondo y comiendo preparaciones que le gustaban al poeta, crea una atmósfera única, tal vez la mejor experiencia cultural-gastronómica de Chile.

El restaurante tiene un diseño simple y bien cuidado, que captura la esencia de Pablo Neruda, fusionando la cocina local con el ambiente literario e internacional que lo rodeaba. Cada plato de la carta además cuenta una historia, la que es relatada con propiedad por los propios garzones y garzonas, quienes te trasladan a la época y las circunstancias que inspiraron al vate.

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Los cuatro tiempos

Empanada de pino: El aperitivo perfecto para iniciar esta aventura culinaria. Una masa entre crujiente y suave que se deshacía en la boca junto con un sabroso pino, muy equilibrado, en donde ningún sabor competía con otro. Todo acompañado de un delicioso vino carmenere.

Causeo de lapas: Un plato exquisito que destaca por su frescura y autenticidad. Las lapas (que son acompañadas con palta, fina cebolla morada y una especie de pequeños y crujientes crutones) son recolectadas por el Tebo, un personaje autóctono de Isla Negra que vive junto a la playa, a pocos metros de la casa de Neruda. Este detalle añade un toque de realidad y conexión con el entorno que tanto inspiró al poeta.

Caldillo de congrio: La estrella de Neruda. Este enjundioso plato es una versión remasterizada de lo que dio origen a los versos de «Oda al Caldillo de Congrio». El formato como se sirve, presentado en una pequeña olla junto a un platillo hondo de greda, es ideal para compartir, reflejando el espíritu comunitario que el poeta tanto apreciaba.

Postre: Por último, una deliciosa tarta de manzanas verdes de la zona, acompañada de churros que evocan las experiencias de Neruda en España. Un final dulce que fusiona lo local con lo internacional, al igual que la vida del poeta.

No puedo dejar de mencionar la barra libre con los exquisitos jugos naturales de piña y mango; el intenso pisco sour con esencias a elección, que se extraen tras un delicado y riguroso proceso; y los distinguidos sauvignon blanc de viña Casa Marín y Matetic, ambos cosechados en el Valle poético de San Antonio.

Conclusión

Nobel abrió sus puertas hace muy poco, pero lleva cerca de dos años de preparación tras bambalinas y se nota. Comenzaron investigando lo que comía Neruda, estudiando su obra, desarrollando la carta y entrenando al equipo, proceso que Mike Borquez confiesa aún está en desarrollo para lograr conseguir la experiencia que tienen en mente.

Visitar hoy el restaurante Nobel es mucho más que una comida fuera de casa; es un viaje gastronómico y literario. Una experiencia frente al mar sensacional. Es la oportunidad perfecta para celebrar la cultura chilena, degustar sabores auténticos y sentirse, por un momento, parte del ideario de Pablo Neruda. Una vivencia altamente recomendable para los amantes de la buena cocina, la literatura y la historia.

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Se perderán mis pasos / en el antiguo barrio. / No se extrañarán mis costumbres vulgares / ni mi sonrisa. / Pues llevo la pena del siglo / encarnada en las pesuñas. / Llevo una guerra que me persigue. / Llevo el conflicto armado de mi conciencia.
Durante la década de 1950 -e incluso mucho antes-, José Donoso mantuvo una estrecha relación con el litoral central de Chile, como lo evidencian sus "Diarios Tempranos". En esta región no solo terminó de escribir "Coronación" (1957) en Isla Negra, sino que también concibió varios proyectos literarios vinculados a la zona: desde una novela inconclusa ambientada en Lo Gallardo hasta proyectos narrativos sobre Cartagena, Isla Negra y El Tabo, donde incluso Pablo Neruda aparecería como personaje.
El trabajo de Neruda y el equipo de la embajada fue intenso. En menos de cuatro meses lograron concretar todas las gestiones necesarias. La más compleja y osada fue la contratación de los servicios del barco. Optaron por un antiguo carguero de la compañía France-Navigation, el "Winnipeg", que había sido construido en 1918 para transportar todo tipo de productos, pero que nunca había trasladado a más de ochenta tripulantes.