Uno de los íconos de la casa de Isla Negra

El regreso del Locomóvil al Museo Pablo Neruda

@Gulppiz
El Locomóvil de Pablo Neruda regresó a Isla Negra y lo hizo a tiempo para celebrar el 115 cumpleaños del destacado poeta nacional. La máquina, que fuera rescatada a fines de 1950 por Pablo Neruda desde el fundo Santa Margarita en El Tabo, a la altura en donde en la actualidad se encuentra la comunidad Consistorial, se transformó en una de las posesiones fundamentales de su casa en Isla Negra, a tal punto que el poeta llegó a decir que le recordaba a Walt Whitman.
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El Locomóvil de Pablo Neruda regresó a la Casa Museo Isla Negra y lo hizo justo a tiempo para celebrar los 115 años del destacado poeta nacional.

La máquina, fabricada en Inglaterra por la compañía Ransomes Sims & Jefferies -aproximadamente entre 1915 y 1919- fue comprada por Pablo Neruda a fines de 1950 desde un aserradero del fundo Santa Margarita en El Tabo, a la altura en donde en la actualidad se encuentra la comunidad Consistorial e inmediatamente se transformó en una de las posesiones fundamentales de su casa en Isla Negra; solo transportarse a la época e imaginar lo que costó trasladar esas más de cinco toneladas hasta el patio de su casa, sin duda que representó un esfuerzo importante y, por tanto, también una historia y un cariño especial, a tal punto que el poeta llegó a decir que le recordaba a Walt Whitman.

“Parte Importante del trabajo de la Fundación Pablo Neruda es la conservación del patrimonio material de Pablo Neruda, que incluye una gran colección de objetos. El Locomóvil representa una pieza fundamental en el imaginario de Pablo Neruda, pues le recordaba los trenes de su infancia, una de las grandes obsesiones del poeta”, dijo a través de un comunicado Fernando Sáez, director ejecutivo de la Fundación Pablo Neruda.

 El Locomóvil

Tan poderoso, tan triguero, tan procreador y silbador y rugidor y tronador! Trilló cereales, aventó aserrín, taló bosques, aserró durmientes, cortó tablones, echó humo, grasa, chispas, fuego, dando pitazos que estremecían las praderas.

Lo quiero porque se parece a Walt Whitman.

(Pablo Neruda, Una casa en la arena, 1966)

La restauración estuvo a cargo del especialista Ladislao Monasterio quien comentó que el tratamiento de conservación y restauración, que demoró poco más de un año, fue una tarea lenta y meticulosa: «estaba muy comprometida toda la estructura. Hay que pensar que estuvo más de 60 años a la orilla del mar. Eso implicó un arduo proceso de capado, es decir, llegar al metal original que quedaba, para luego prácticamente esculpir». Con respecto a la integridad y coherencia con la pieza original, Javier Ormeño, encargado de colecciones y conservación de la Fundación Pablo Neruda declaró que «se mantuvo la estructura, las únicas piezas que se agregaron fueron para revertir unas modificaciones que se hicieron en los años ’90, como el cañón de chimenea que en esta versión se asemeja mucho más al que Pablo Neruda adquirió originalmente».

Finalmente, Carolina Rivas, directora de la Casa Museo de Isla Negra se vio muy contenta por el regreso del Locomóvil porque «como decía Neruda, con ese espíritu de niño que lo caracterizaba, es el juguete más grande de la casa. Por eso que regrese el Locomóvil es una fiesta, tanto para la gente que trabaja en este museo, como para los turistas que lo extrañaban».

Mira el video del regreso del Locomóvil bajo la mirada de Litoral Poeta:

 

Proceso de restauración del Locomóvil:

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