Después de un largo camino, Ojos de Mar es declarado oficialmente como humedal urbano. En la práctica esto significa quedar protegido por la Ley Nº21.202 y ser integrado, entre otras cosas, en la planificación territorial como “área de protección de valor natural”, regulando su conservación y uso sostenible.
Para profundizar en esta hazaña, hablamos con el abogado ambientalista Pablo Christie Donoso, quien fue uno de los profesionales que lideró la defensa de la declaratoria de Ojos de Mar como humedal urbano, proceso que comenzó con una comunidad local coordinada en contra del proyecto de expansión portuaria.
2020, el inicio
El proceso comenzó el 23 de enero de 2020, con la entrada en vigencia de la ley de humedales urbanos, la cual partió sin contar aún con el reglamento necesario debido a que faltaba la toma de razón por parte de la contraloría. La comunidad, consciente de la importancia de este trámite, gestionó una reunión con parlamentarios y posteriormente con el contralor Jorge Bermúdez, quien finalmente realizó el trámite unos días después. Ya con el reglamento en la mano, la comunidad pudo incidir para la elaboración del expediente de la declaratoria.
A partir de esto, la propia comunidad impulsó un proceso que en aquel momento parecía casi imposible. “Lo primero que se hace es coordinar entrevistas con cada uno de los concejales de la comuna de San Antonio para que prestaran apoyo a la iniciativa, ya que la declaratoria de humedal urbano se podía obtener de oficio por el Ministerio del Medio Ambiente o por solicitud municipal”, comenta Pablo Christie. Este meticuloso trabajo de la comunidad logró comprometer a varios concejales y al alcalde de ese entonces, Omar Vera, para que apoyaran la elaboración de un expediente de solicitud de declaratoria de humedal urbano para los Ojos de Mar, la cual se ingresó al MMA el 26 de enero de 2021.
Con el apoyo municipal asegurado, la comunidad se reunió con el Ministerio del Medio Ambiente, quien afirmó que los Ojos de Mar serían declarados humedal urbano, ya que cumplían con todos los requisitos establecidos en la ley 21.202 y su reglamento. Sin embargo, en medio de ese proceso, se generó una comunicación entre la ministra de Transportes y la ministra de Medio Ambiente de la época, quienes además de cuestionar la declaratoria de humedal urbano dieron cabida a un informe encargado por EPSA a Luis Cordero, el actual Ministro de Justicia, en el que se establecía que Ojos de Mar no podía ser declarado humedal urbano debido a una confrontación de leyes. Según este documento, la Ley de Puertos y la Ley General de Urbanismo y Construcción debían aplicarse prioritariamente a la de humedales urbanos. «Con esos nuevos antecedentes en la mesa y utilizando distintos argumentos, el Ministerio de Medio Ambiente decidió rechazar la solicitud el 24 de septiembre de 2021, lo cual es el primer rechazo que existe en Chile para una declaratoria de humedal urbano. Entonces ahí surge nuevamente todo un movimiento ciudadano”, recuerda Donoso.
La batalla legal
Ante este revés, la comunidad no se rindió y presentó una reclamación ante el Tribunal Ambiental el 9 de noviembre de 2021 para que se revirtiera el rechazo y se diera curso a la declaratoria. De esta manera y en otro hecho sin precedentes, en junio del 2022 se llamó por parte del MMA a una conciliación dentro de un proceso de reclamación administrativa en materia ambiental. “Este proceso de conciliación, que se produce a iniciativa del Ministerio del Medio Ambiente, generó varios problemas en un comienzo. De hecho, personalmente estaba en contra de que se fuera a conciliación. ¿Por qué? Porque primero hubo mucha desinformación hacia la comunidad en ese momento con respecto al alcance de esta instancia y, segundo, porque consideraba que era necesario que se discutiera el fondo del asunto, ya que esto podía tener un impacto en otras declaratorias de todo el país”, enfatiza el abogado ambiental, consciente de lo que estaba en juego.
La conciliación y el resultado
A pesar de las dificultades, el largo proceso de conciliación se llevó a cabo. Incluso aunque durante ese proceso se produjo una división en la comunidad que hizo que además de la organización Ojos de Mar, también surgiera la agrupación San Antonio Ambiental. “Independiente de esta división, todos fuimos al proceso de conciliación, porque se provocó un diálogo entre los miembros de ambas organizaciones que asesoran al territorio, para pensar una estrategia común desde lo técnico-jurídico, teniendo una participación contributiva y activa. Esto duró un tiempo, se presentaron distintas posturas y el resultado de este proceso fue algo muy interesante”, explica el asesor jurídico de la declaratoria.
Lo relevante que comenta el abogado Pablo Christie fue que “el Ministerio, además de comprometer la declaratoria de Ojos de Mar como humedal urbano, se abrió a la discusión sobre qué era un humedal urbano y, más básicamente aún, qué era un humedal, en el sentido de qué es lo que se tiene que proteger”. La ley sobre esto, por ejemplo, es muy específica en cuanto a los criterios de delimitación para fijar el polígono, ya que establece en el artículo 8 tres criterios relacionados con agua, suelo y vegetación hidrófita. Sin embargo, la comunidad insistió en que también se tenían que aplicar los criterios de sustentabilidad, que también están establecidos en el artículo 3 de la ley. “¿Por qué? Porque el artículo 3 habla de la sustentabilidad en el sentido, por ejemplo, de mantener los flujos de energía entre ecosistemas, su integridad, y asegurar la recarga de agua del humedal, que esto es súper importante, porque los Ojos de Mar se recargan desde el estero El Sauce y el río Maipo, pero también desde la playa de Llolleo, porque son lagunas salobres que reciben flechas de agua salada desde el mar. Y también, por ejemplo, existe avifauna que habita en el humedal, pero se alimenta en la playa, así como también existen otras aves que anidan en las dunas, lo que finalmente es un llamado a entender que el ecosistema no se debía fragmentar, pues cada uno de sus componentes está estrechamente interrelacionado”.
En consecuencia, el Ministerio del Medio Ambiente se comprometió a realizar otra campaña en terreno para fijar un nuevo polígono, pero ahora aplicando no solo el artículo 8, sino que el artículo 3. “Esto es un logro muy importante, pero no es absoluto, porque por ejemplo no se logra proteger la playa o la totalidad de la duna. Sin embargo, en perspectiva es muy positivo porque se protege mucho más de lo que se esperaba. O sea, en un comienzo esto iba a ser cubierto por hormigón y luego se protegen los cuerpos de agua y además parte de las dunas. No obstante, sería bueno aplicar las estrategias que se pensaron en su momento para poder salvaguardar la playa en el futuro, pero con Ojos de Mar ya protegido y declarado humedal urbano, que en el fondo es el momento en el que se está ahora”, comenta Donoso.
Otro tema de suma importancia es el acuerdo alcanzado sobre la gobernanza y gestión del humedal, en donde se establece una mesa multisectorial liderada por el municipio, compuesta por dos organizaciones ambientales del territorio: Ojos de Mar y San Antonio Ambiental, un representante de los pueblos originarios, un representante del puerto, EPSA, y una institución académica para proporcionar apoyo científico-técnico en la toma de decisiones de la mesa. Asimismo el Puerto también se comprometió a financiar investigación que permita profundizar en el conocimiento de esto dos cuerpos de agua tan preciados para la comunidad.
La declaratoria oficial: Ojos de Mar es humedal urbano
Finalmente el viernes 10 de mayo de 2024, el Diario Oficial publicó la declaración del nuevo humedal urbano Sistema de Lagunas de Llolleo llamado “Ojos de Mar”, ubicado en la comuna de San Antonio, en la Región de Valparaíso. Esto se convirtió en un ejemplo de cómo, a pesar de los obstáculos y desafíos, la participación ciudadana puede influir en la toma de decisiones y en la protección del medio ambiente.
Lo que viene
Actualmente, se está llevando a cabo la evaluación de impacto ambiental. En 2020, se hicieron más de 3000 observaciones ciudadanas y muchas también desde los organismos sectoriales con competencia ambiental. EPSA respondió a estas observaciones a través de una Adenda, que es esencialmente la respuesta a las observaciones ciudadanas y a las observaciones tanto del SEA como de otros organismos con competencia ambiental. A partir de esa Adenda, el puerto propone modificaciones sustanciales al proyecto, en las que se contempla la conservación de las lagunas. Aunque no se establecen polígonos ni nada por el estilo, sí se contempla una modificación al proyecto, lo cual es muy importante. Luego, se abre un nuevo período de observaciones ciudadanas y de los organismos estatales. El puerto, para la “Adenda 2”, solicitó un plazo que vence a finales de este año, lo cual será muy importante para conocer concretamente cómo se propone manejar el ahora nuevo humedal urbano y cómo se modificará el proyecto de Puerto Exterior.