El “estamos en guerra” de Piñera y la acusación de intervención poderosa, o tal vez alienígena, deja un gustillo que revela al jefe de Estado de Chile validando la existencia de planes de desestabilización en latinoamérica, ergo, con mayor razón en Venezuela. Cerremos Círculos.
La consecuencia es un déficit importante en nuestro mandatario, que se deja traslucir de tanto en tanto, a través de sus rebuscados discursos que buscan parecer ilustrados, pero que en verdad resultan en un agotador balbuceo de adjetivos y frases pseudo poéticas. Insoportable.
Es torpe. Y aunque sin duda que es hábil con las cifras, muestra ser carente de inteligencia emocional, y con un desapego total con la sociedad; para él, todo parecieran ser números… en su cuenta.
La propuesta
La realidad del paquete de medidas que anunció Piñera, es básicamente una inyección de recursos estatales en las AFP’s, las isapres, las eléctricas y las farmacias. Parece burla. Y con un aumento en el sueldo mínimo a $350 mil, que es algo insuficiente para el costo de vida del chileno. Una raya en el agua según los estándares de la OCDE (2018), en donde países con un PIB pér capita menor al nuestro (US$24.537), como Croacia (US$24.424) o Rumania (US$24.508), tienen un sueldo mínimo un 47% y un 59% mayor, respectivamente. Por tanto, para entrar al estándar OCDE, el sueldo mínimo debería bordear entre los $450 y $500 mil pesos.
Los más molestos deben ser los profesores. Dos meses en paro y no hubo ningún anuncio sobre una de las temáticas que más consenso social reúne: la mejora de la educación. Sin ella es imposible un crecimiento real.
Pacto Social
Un cambio profundo, un nuevo y duradero Pacto Social, requiere de una renovada carta fundamental. No vale la pena agregar que la actual fue urdida en dictadura, unilateralmente, sin oposición y que por tanto, nunca ha gozado de legitimidad, aunque varios gobiernos de la Concertación hayan intentado maquillarla con algunas reformas, porque ya se sabe, aunque la mona se vista de seda…
La carta magna actual es roñosa y espejo de otra época. A ver, para mostrarlo desde otro punto de vista y utilizando de parangón una creativa campaña publicitaria que se llamaba #SiteloExplicanconFútbol, de una revista española, nuestra Constitución del ’80 fue parida en una época en que la reglamentación FIFA permitía jugar hacia atrás, cuando podías dar un pase al arquero y éste volver a tomarla con la mano. El veinte-veinte de cualquier país que aspire al desarrollo y el progreso, requiere reglas que por un lado dinamicen el juego y que por otro regulen con firmeza el mismo, es decir, que se incluya hasta el VAR, para castigar así todas las trampas, más allá de algunas clases de ética. Así nomás. Esto necesitamos como primera medida para avanzar, cualquier otra cosa es pretender clasificar al futuro con un corte de ceja.
Arregla los sueldos y la jubilación de tu país Sebastián, actualiza la educación, mejora la salud, llama a un pacto nacional para construir una nueva Constitución. Todo lo demás es maquillaje en el ojo.
@Gulppiz