De un año a esta parte, la situación del campo dunar más extenso de la provincia de San Antonio, «Gota de Leche», ha mejorado en forma ostensible. Porque fue precisamente a fines de noviembre del 2019 cuando un grupo numeroso de vecinos, en plena sintonía con la efervescencia social que inundaba al país de norte a sur, se reunió en un cabildo auto-convocado sobre las arenas mismas de ese rico ecosistema del balneario de Las Cruces, y desde entonces se puso en marcha una dinámica de trabajo con un objetivo firme y claro: detener el daño ambiental sobre «Gota de Leche» y luchar por su protección.
En febrero de este año, la remoción del alcalde de El Tabo, Emilio Jorquera, uno de los grandes responsables del daño histórico sobre ese ecosistema, pareció dar una primera gran señal de que las cosas empezaban finalmente a orientarse en una dirección más próspera. Y la confirmación de que las nubes negras quedaban atrás vino en mayo pasado, cuando el recién asumido Alfonso Muñoz entregó su apoyo oficial a la postulación del campo dunar a Santuario de la Naturaleza. Ahora la comunidad organizada conformaba un equipo multidisciplinario, capaz de elaborar un expediente para formalizar esta importante iniciativa de resguardo, y la máxima autoridad municipal no dudaba en brindar su respaldo. Las aspiraciones ambientalistas, encauzadas en el movimiento «Salvemos Gota de Leche», parecían haber entrado al fin en una fase sin escollos, sin zozobras.
Sin embargo, hoy «Salvemos Gota de Leche» se apronta a cumplir su primer año y no llama a celebrar, sino a manifestarse. ¿Qué pasó? Pese a los avances de los primeros meses con Muñoz, en el diálogo asoma un enfriamiento. El punto clave: el acceso de vehículos motorizados al campo dunar. El biólogo y miembro del movimiento Nicolás Acuña explica: «en septiembre pasado se le entregó al alcalde un petitorio apuntando a la urgencia de generar fiscalización in situ debido a la vulnerabilidad de la «hierba de El Tabo» –especie endémica del sector clasificada en peligro crítico de extinción-. No ha habido respuesta. El alcalde cumplió con entregar su carta de apoyo, cuestión con la que durante la anterior administración hubiera sido prácticamente imposible contar, y además recibimos junto con Fundación Ecosta una subvención municipal para capacitar a funcionarios en la protección de este ecosistema. Pero, si bien nosotros entendemos la importancia de estos avances, seguimos día a día siendo testigos de la circulación de vehículos en el campo dunar.»
La relevancia como reserva natural de «Gota de Leche» es algo que se va internalizando en un número cada vez mayor de vecinos. Su gran valor en términos biológicos, arqueológicos, culturales y paisajísticos va quedando claro que es materia que no se transa y debe ser puesta en primerísima línea. Este sábado 28, cuando el movimiento ciudadano que encabeza este resguardo medioambiental cumpla un año de actividades, también habrá espacio para destacar los avances. «Una de nuestras motivaciones es llamar a manifestarse. Pero también generar un espacio de diálogo y encuentro. Por eso organizamos una jornada cultural para el cierre.»
Para conocer todo el detalle de la manifestación del próximo SÁBADO 28, visitar fanpage del movimiento.