Como la vertiente de la Cordillera de Los Andes, que corre poniente por la ruta del sol, atravesando la capital de Chile hasta desembocar en el mar. Así llegamos a la provincia Litoral Poeta del mundo, enraizada en seis comunas que miran al mar y funden sus manos como el sereno Río Maipo con las furiosas olas del Océano Pacífico.
Aquí en en Litoral Poeta, el tiempo tiene sus propias leyes. Se vive lento. La cadencia del mar instaura su propio ritmo y el reloj de arena se humedece.
Aquí en Litoral Poeta, el viento olvidó la propiedad de secar y la humedad penetra todo lo nombrable: el hierro sufre; la madera ríe y se retuerce.
Aquí en Litoral Poeta, hay espacio para todos y todas, la diversidad total es una realidad que se estampa en el suelo, con arenas rubias que se transforman en negras hacia el sur.
Aquí en Litoral Poeta, los mall son santuarios naturales, en donde la flora y fauna transan crías y semillas.
Ida & Vuelta por el litoral poeta
De sur a norte abre la provincia Litoral Poeta la comuna de Santo Domingo, hermosa “comuna parque” que convive verde entre lo rural y lo fáctico, poéticamente representado a través de símbolos como Jenaro Prieto y lugares tan interesantes y hermosos como la Reserva Nacional El Yali y la reserva ecológica privada Parque Tricao, que conviven en sintonía con la naturaleza.
Cruzando el puente del Río Maipo, su desembocadura, y siendo uno con el humedal Ojos de Mar, hoy amenazado por la incorrecta idea de progreso, nos situamos en San Antonio, la capital de la provincia y puerto principal de Chile, en donde la bohemia y la cultura popular de gran muelle, se encarnan en el tío Roberto Parra, con su afamada historia de la Negra Ester y un legado musical robusto que recorre la invención de la cueca chora hasta el Jazz Guachaca.
Luego, entre los cerros rocosos y culebreando la cornisa del “arte poética”, aparece la belleza arquitectónica y natural de la comuna de Cartagena, con Lo Abarca produciendo una de los mejores Syrah del mundo, símil del brote impreso en las “Lecciones de Pintura” de Adolfo Couve, y en la genialidad del creacionismo de Vicente Huidobro, una llave capaz de abrir las más insospechadas puertas del mundo.
Explorando hacia el sur, tras pasar por las playas de San Sebastián, Costa Azul y San Carlos, entramos en el El Tabo, corazón del Litoral Poeta: morada de ángeles y bestias que juegan a vencer el principio de incertidumbre. En ese extraño imaginario colectivo creado por la antipoesía de Nicanor Parra, la irreverencia del ludosapien Gustavo Frías y el incansable trabajo del poeta Jonás, conviven los santuarios naturales de El Peral y el especial territorio Gota de Leche, que alberga entre sus dunas a una sus más importante musas, la flor de El Tabo, una especie endémica del mundo que sólo crece en unos pocos cientos de metros.
Luego, el puente que permite cruzar el invaluable Santuario Natural Quebrada de Cordova marca la transición hacia la comuna de El Quisco, lugar ambivalente de hermosas y tranquilas playas, pero también inmensamente salvajes, como las de Isla Negra y Punta de Tralca, bordadas a mano por la obra inmortal de Pablo Neruda, vate mundial que cuelga al Pacífico a través de un Cantalao poiético que quedó a medio camino y cantan por consolidar un Winnipeg Cowork en tierra.
Y la travesía litoraleña termina en la comuna de Algarrobo, la Capital Náutica de Chile, con gran gastronomía, escritores, pintores y maravillosas playas y paisajes, como los de El Canelo y El Canelillo. Todo coronado con uno de los más importantes tesoros naturales de la costa central, el Humedal de Tunquén, hoy en peligro por la intervención inmobiliaria tradicional y el antiguo paradigma de progreso.
Litoral Poeta es un lugar especial en el mundo, diferente. Un enclave ecocultural estratégico de Chile, sembrado con holgura por los huesos de sus más increíbles talentos, sin embargo, nunca cosechado.
Alberto Gulppiz
Fundador de Litoral Poeta
Texto escrito para Revista Ficción
El Tabo, Agosto 2020