Según revela una investigación publicada en el libro «Constelación Litoral» del pintor y escritor Pablo Salinas de Algarrobo, Manuel Rojas mantuvo una extensa relación con El Quisco desde la década de 1940 hasta su muerte en 1973. Esta presencia, que el investigador describe como «una de las más secretas y hasta cierto punto invisibilizadas de todo el litoral», se materializó en dos propiedades ubicadas en el sector norte del balneario.
El Departamento de Archivos Culturales de la UC conserva valiosos testimonios de esta época: fotografías del autor en el balneario y manuscritos originales que demuestran cómo algunas de sus obras más importantes tomaron forma frente al océano Pacífico. Un dato particularmente significativo revela que en 1949, mientras Pablo Neruda escribía su «Canto General» en Isla Negra, Rojas trabajaba en su obra maestra «Hijo de Ladrón» apenas unos kilómetros al sur.
Arquitectura y literatura entrelazadas
La conexión entre estos dos gigantes de las letras chilenas va más allá de la coincidencia geográfica. Ambos compartieron el talento del arquitecto catalán Rodríguez Arias, exiliado en Chile, quien diseñó las casas de Rojas en El Quisco y también trabajó en las ampliaciones de la casa de Neruda en Isla Negra. Estas propiedades quisqueñas de Rojas, que afortunadamente se conservan en buen estado, son testimonio vivo de esta época dorada de la literatura chilena.
Un legado literario vigente
La obra de Rojas, galardonada con el Premio Nacional de Literatura en 1957, mantiene una vigencia que solo es superada por los Nobel Mistral y Neruda. Su producción literaria incluye obras fundamentales como «Lanchas en la bahía» (1932), «La ciudad de los césares» (1936), y la tetralogía de Aniceto Hevia, compuesta por «Hijo de Ladrón», «Mejor que el vino» (1958), y «Sombras contra el muro» (1964).
En 2023, al cumplirse 100 años de su primera publicación, varias de sus obras fueron reeditadas, incluyendo una versión en novela gráfica, demostrando la permanente actualidad de su narrativa.
El valor histórico y cultural
La presencia de Manuel Rojas en el Litoral de los Poetas emerge como un hito cultural que merece ser valorado, estudiado y destacado, como señala Pablo Salinas. Este legado cobra especial relevancia para las nuevas generaciones, que pueden encontrar en la figura de Rojas un ejemplo de cómo la experiencia vital puede transformarse en arte perdurable.