La propuesta de habilitar nuevas instalaciones portuarias se había tratado en el Congreso ya en 1901, por iniciativa de Ramón Serrano, hermano de Ignacio, el héroe de la Esmeralda, pero fue recién una década más tarde que comenzaron a hacerse realidad, cuando mejorar lo que hoy llamaríamos la logística para la actividad económica del valle del Maipo se volvió una urgencia.