El poeta Pohlhammer, amante del fútbol y de las letras, fluyó por su propia historia dejando rastros imborrables entre quienes lo conocieron. Y llenando de entusiasmo y creatividad nuestra opaca escena cultural.
Tal como Nicanor Parra, su poeta favorito, él también creía que el arte poético no era de los tontos graves. Y que los poetas habían bajado del Olimpo para convertirse en albañiles constructores de puertas y ventanas.
Nos cruzamos un par de veces en la Liga San José, en Lampa. No lo conocí personalmente, pero hablamos por teléfono algunas veces, principalmente entre noviembre y diciembre de 2021, tras una serie de pases que trianguló el pintor chileno Salvador López. Una de esas pláticas inéditas es la que ahora se reproduce.
Fútbol y poesía
Sabía que la conversación que sostuviéramos se publicaría en la revista Tribuna Andes, sin embargo, partí contándole que viví un tiempo en la costa central de Chile, provincia de San Antonio, para dar vida a un proyecto que tenía hace mucho rato en mente: www.litoralpoeta.cl... El Litoral de los Poetas tiene un potencial inconmensurable, que puede aportar al PIB si lo tomamos en serio, le dije. “Que bien dicho, que bien dicho”, exclamó con entusiasmo.
Se motivó demasiado con el proyecto Litoral Poeta y con la idea de juntarnos allá para caminar por un santuario natural muy desconocido que se llama Gota de Leche (ubicado entre El Tabo y Las Cruces) y para recuperar una cabaña, “una casita que tengo en Isla Negra. Así aprovechamos de hacer las dos cosas”, me dijo.
Pohlhammer tuvo muchas características que lo diferenciaban, una de ellas fue su amor por el fútbol y la poesía, dos ámbitos que logró combinar de gran manera y que siempre estuvieron muy presentes en su obra literaria.
Asimismo, y a pesar de que estudió en The Grange School, colegio de predominante orientación hacia el rugby, practicó el deporte rey desde temprana edad. Incluso llegó a jugar en las divisiones inferiores de Universidad Católica, el club de sus amores, en donde su tío, el legendario arquero Sergio Livingstone Pohlhammer, fue una de sus máximas figuras.
– ¿En qué se parece el fútbol a la poesía?
– Muy interesante pregunta. Primero debemos, igual que en el álgebra, ir descartando las variables. Por ejemplo, podemos ver obviedades. La rima en la poesía es la pared o el uno-dos en el fútbol. La metonimia es el desplazamiento o los cambios de frente. Las metáforas son las gambetas, las fintas, porque metáfora significa, hablando en simple, decir una cosa por otra, pasar gato por liebre. Y también hay encabalgamiento en el fútbol, que son los avances encabalgados, una figura fundamental en Fray Luis de León en el Siglo de Oro español. Pero eso es lo obvio. Ahora voy a dar una cita del historiador inglés Thomas Carlyle, que dice en inglés: “silence is as deep as eternity, speech a shallow as time”, es decir, “el silencio es profundo como la eternidad y el discurso hablado es vago como el tiempo”. Entonces, esto nos va llevando a un enigma sutil: el fútbol es como toda forma de expresión de arte. Y el que no lo entiende así es porque no sabe leer el fútbol, como Enrique Lafourcade, por ejemplo, con quien siempre peleaba en Cuanto Vale el Show. Él sólo veía a 22 pelotudos corriendo atrás de una pelota. Y eso no tiene nada que ver con el fútbol. Yo he pensado mucho sobre el fenómeno del fútbol y no lo separo del fenómeno de la música, del fenómeno de la escultura, del fenómeno del ballet, el fenómeno de la danza, de ningún fenómeno. Porque todo esto pertenece al campo del arte. El fútbol es un maravilloso arte cuando es fútbol, igual que en la literatura. Puedes hacer un soneto perfecto, pero tal vez no hay poesía. O puedes hacer un poema sin rima ni dominio del ritmo, pero sí tener poesía. En el fútbol pasa lo mismo. El otro día vi Grecia con Madagascar. Pésimo partido. El fútbol ocurre cuando hay poesía. Cuando se manifiesta la música. Cuando se manifiesta eso que nos fascina y nos cautiva, lo insoslayable. Como en toda cosa maravillosa. Como en toda forma de arte. Mira, la palabra clave aquí -desde mis estudios artísticos- es la palabra afluencia. Cuando un equipo entra en estado de afluencia, el fútbol practicado por ese conjunto entra en el ámbito de lo poético. Entonces, tú me puedes preguntar por qué.
– ¿Por qué?
-Muy buena pregunta. Volvamos a Nicanor Parra. Él asimiló muy bien a Ezra Pound, quien anteriormente asimiló muy bien toda la tradición de la poesía occidental y oriental también. Pound llegó a la conclusión, y lo dice también Nicanor Parra en una conversación que tuve con él en Isla Negra cuando le pregunté: Nicanor, ¿qué es lo más importante para usted en poesía? Y me dijo, comillas, “la fluidez, Erick, la fluideez”. Entonces, donde hay fluidez, hay poesía. En el Tao Te King hay fluidez. En los ríos hay fluidez. En el mar hay fluidez. En el vuelo de las gaviotas hay fluidez. Cuando tú ves bailar a alguien maravillosamente es porque entra en un estado de fluidez deleitable. En el erotismo, cuando hay verdaderamente erotismo y no puro forcejeo para llegar al orgasmo. Cuando hay verdadera fluidez erótica kamasútrica, ahí tú ves que hay alto grado de poesía. Además, Nicanor Parra agrega algo que es un elemento que no me lo dijo a mí, que es la rotación y la traslación de las palabras en el poema. Y en el fútbol eso se da en la Naranja Mecánica, en el Alemania 1970 con Franz Beckenbauer, Overath, Libuda y Schnellinger. En el Brasil campeón de ese campeonato, por supuesto. Entonces ahí tenemos un elemento comparativo fenomenológico y objetivo del fútbol con la poesía. La palabra afluencia aparece en el libro Zen y Psicoanálisis, de Erich Fromm y D.T. Suzuki, el divulgador del Zen en Sudamérica. Este último dice que el espadachín japonés puede derrotar contendientes porque está siendo un instrumento del inconsciente cósmico. Pero apenas se genera la menor duda en el espadachín, lo matan. Y si tú ves a Carlos Humberto Caszely, Honorino Landa, Leonel Sánchez, Iván Zamorano y Marcelo Salas, eran verdaderos espadachines. El grado deleitable de afluencia en que jugaban todos estos artistas del fútbol era embelesador.
-A mí me encanta Erich Fromm cuando dice que quien no se ama es incapaz de amar, porque uno no puede dar lo que no tiene.
-Perfecto, por supuesto. Yo no puedo dar un pase si no tengo la pelota.
Jesús Trepiana
-La producción literaria de Pohlhammer fue prolífera, con más de 20 libros de poesía entre los que destacan La alegría de vivir (1983), El amor es una droga dura (1995), La vida es bella (2004) y La felicidad es un lugar común (2012). En ellos, el poeta transmitió esperanza, entusiasmo y mostró la inmensa capacidad que tenía para reírse de sí mismo y también de los demás.
-Uno de los poemas más conocidos e icónicos de Erick Pohlhammer fue “Yo vi jugar a Jesús Trepiana”. Texto que aparece siempre cuando se habla de fútbol y poesía, y que además tiene una anécdota bien particular.
-¿Cómo se te ocurre escribir el poema “Yo vi jugar a Jesús Trepiana”?
-Antiguamente se hablaba de las musas. Hoy se habla que es el subconsciente que te sopla; el inconsciente colectivo. Es verdad eso que los poetas muchas veces son un instrumento del inconsciente colectivo y que ellos no tienen pito que tocar. Yo en el poema “Los Helicópteros”, “Usted” y mis mejores poemas, empiezo a escribir y fluye todo. Y así entonces aparece la palabra Trepiana, porque se me podía haber venido Manuel Astorga o Enrique Enoch, pero Trepiana tiene que ver con trepar. Y uno de los males de Chile es el arribismo y el trepar puestos pegándole codazos a los otros, aserruchando el piso y eso es muy feo. Entonces es un poema de anuncio y denuncio, sub textualmente. Ese ew un nivel de lectura. La denuncia de la mentalidad del trepador en mala, porque es legítimo que uno escale puestos, pero de manera limpia y honesta.
–Hay una anécdota tragicómica con Trepiana, a quien al parecer no le gustó mucho tu poema…
-En una Copec cerca de Isla Damas de la Serena, un joven se acercó y me dijo: “no lo va a creer don Erick. Pasé tres días conversando con Jesús Trepiana en Punta de Choros. Ahí él tiene su casa y un bar”. Y le conté que había un poeta chileno, autor de un poema que se llamaba ‘Yo vi jugar a Jesús Trepiana’”. Léemelo, le dijo. Se lo leyó y quedó triste. Dijo chuta, que pena, un poema tan bonito. Porqué la cagó el poeta, si yo nunca he sido eterno reserva de Francisco Nitsche. Yo fui un buen arquero Erick, me dijo cuando lo fui a ver. Estaba muy dolido, porque además el poema había salido en no sé cuánta antología, entonces por un lado quedó famoso, pero por otro me lo cagué (yo no ocupo esa palabra). No, ese es un poema, le dije, tú eres una metáfora de algo. Ah no pues, me dijo, yo jugué en Audax, titularísimo; en la Católica, titular. Alcancé a jugar con la Selección Chilena. Después me fui al ascenso con Audax y volví porque hice grandes tapadas.
-Está buena la historia…
-Si está buena. Me encantaría que fuéramos a verlo y tuviéramos una conversación con él, para que aclare la película y que la gente sepa que él era muy buen arquero. Que no le hagan caso al poema. Imagínate la magia de las comunicaciones. La magia de los libros. Empecé escribiendo en un boleto de micro. Como para escribir cualquier huevá. Pero intuí que iba a ser bueno, porque la primera frase es insólita. Eso es muy importante para el poema, como una noticia de diario. Porque se sorprende al lector. Es muy absurdo todo esto, pero yo me pregunto y me respondo, porqué a alguien le puede interesar que yo haya visto jugar a Jesús Trepiana. Y sin embargo es insoslayable. O sea, yo he visto personas cultas, incultas, jóvenes, que empiezan y no pueden dejar de leer el poema. Sobre todo por el título, porque al decir “yo vi jugar a Jesús Trepiana” viene como algo tremendo, siendo que no tiene ninguna importancia. Como equivalente digo: “yo vi caminar a Jesucristo sobre el mar”. Eso sí tiene importancia. Entonces hay un gancho muy cómico, digno de ser a analizado. Pero no lo analice, señora, señor, porque usted… no le haga caso al poema.
Selección Poética de todos los tiempos
-Poeta, propongo un juego: que te conviertas en DT y hagamos la selección poética de todos los tiempos ¿Cuál sería ese equipo? Primero con qué sistema vamos a jugar…
-Vamos a jugar con un sistema 4-3-3. Con el “1”en la espalda, el rey de los unos tiene que ser Vicente Huidobro.
-Vicente Huidobro, inventor del creacionismo, ¿lo pones al arco?
-No, no, no. Eh… Vicente Huidobro tiene que estar… vamos mejor a jugar un esquema clásico 4-2-4. Dos mediocampistas y cuatro delanteros. El guardián del arco poético lo dejaremos para el final… tiene que ser alguien muy elástico, potente, que siempre de seguridad.
-Medio loco también, porque el arquero siempre es un personaje medio loco, raro.
-Claro, debe tener la locura del “loco” Peric, por supuesto. Pero vamos con el número “2”, lateral derecho: Rosamel del Valle.
-Defensas. ¿Vamos a jugar con líbero y stopper o dos centrales en línea?
-Vamos a jugar con dos centrales clásicos. Número “3”, antiguo back centro, Pablo de Rokha, sí señor. Al lado de él vamos a poner a un jugador más joven, pero que se la juega entera, que es José Ángel Cuevas.
-O sea, vamos a juntar experiencia con un poco de energía…
-Con juventud. O también podría estar José María Memet acompañando a De Rokha. Mejor, más alto. De lateral izquierdo, Juan Guzmán Cruchaga: alma no me digas nada, que por este carril derecho no pasará nada, eso.
-¿Ahora vamos con un contención o con dos?
-Fíjate que quien está conteniendo la poesía hispanoamericana es Pablo Neruda, así que lo vamos a poner de contención. Sí, porque es un continente, un continente conteniendo todo, oceánico. Y le vamos a poner como verso… Se va el fútbol de las cosas o no lo puede condensar mi vida.
– ¿Neruda capitán? ¿Los versos del capitán?
-Podría ser, pero no, no, no, no. A mí me parece que Vicente Huidobro tienen que ser capitán.
-¡Ah mira! Como DT poético ¿eres más como Menotti o más como Bilardo?
-Yo soy más como Menotti.
-Más lírico…
-Más lírico, sí, sí. Bilardo es más resultadista. Menotti es visionario, canchero, taoísta, muy chucha de su madre también, pero nadie se da cuenta. Tiene la autoridad del príncipe, o sea, Menotti no es menotti; no es menor.
-No es menor…
-No, es mayor. Bueno, al lado de Neruda… Tú me puedes ayudar ¡ah! Entre los dos estamos haciendo el equipo…
-Ah bueno, ok. Entonces digo que también puedan entrar mujeres. Es un equipo poético.
-Ah, claro, justamente al lado Neruda ponemos una marcadora recia, que tira de todos lados y es capaz de pegarle un puñete a Miguel Arteche…
-Déjame adivinar: Stella Díaz Varín…
-Correcta la respuesta del concursante. Al ladito de Pablo Neruda, Stella Díaz Varín…
-“Patitas con sangre” Díaz Varín…
-Claro, estoperoles con sangre. Sí, señor, jajaja.
-No está livianito ese medio campo…
-Está duro. Bueno ese es el medio campo. Ahora vamos al puntero derecho. Tiene que ser un jugador muy veloz. Un poeta veloz. Fíjate que de puntero derecho vamos a poner a Teresa Calderón, sí.
-Teresa Calderón, buena.
-Porque dice: “mujeres del mundo uníos”. O sea, ahí hay una voz interesante. Por lo menos convocada a esta selección, después vamos a ver si la reemplazamos. De número “8” vamos a poner a Braulio Arenas. Y de “9” a Armando Uribe Arce, que perdió los dientes de tanto cabecear en el área chica. Le sacaron los chocleros en un salto en el punto penal.
-Hay que ser bravo igual para ser nueve… se trabaja en territorio ajeno
-Exactamente, y además que rabeo porque rabeo y lloro porque lloro, como una cosa que está jodiendo la pita en el área.
-Claramente no hubiera podido morder como Suárez…
-Nooo Jajaja. No hubiera podido. Nunca supo que en un salto le iban a volar los chocleros. Es que uno de los problemas de Uribe es que no se da cuenta que es ingenuo futbolísticamente. Y también socialmente. Por eso se autoexilia en su casa, porque le tiene, en el fondo, temor al mundo. E intenta reemplazar o compensar su terror y horror al mundo, con esa actitud agresiva, de tirar la choreada permanentemente: (poniendo voz de Uribe) “Usted no tiene idea de lo que está diciendo, el Papa no tiene idea de lo que está diciendo, cómo el purgatorio va ser un estado de conciencia, no tiene idea”. Entonces un día entrevisté a Armando Uribe y le dije, pero usted querido (él me quería harto a mí) ¿por qué tiene tanta seguridad que el cielo, el purgatorio y el infierno sean lugares físicos? (poniendo nuevamente voz de Uribe) “No, no tengo idea, no me consta, pero así son los dogmas católicos”, me dijo. Entonces para ser centro delantero tienes que ser dogmático y también no dar explicaciones. Entonces bien puesto el “9” para Armando Uribe Arce. Irrumpe desde atrás, es violento. Aunque tiene miedo, rabea. Entra al área chica pegando patadas, canillazos, escupitajos; recibe escupitajos, mordeduras en las orejas. Pero él no puede morder como Suárez. Tiene hambre de gol, pero no puede morder el hueso. Se queda con el hambre de gol solamente…
-Jajaja. Tiene que venir bien papilla el pase.
-Y con un cafecito con leche para que lo pueda untar. Estamos poniendo a Uribe por el momento, hasta que aparezca un centro delantero mejor, ah…
-Tengo una duda, ¿quién dijimos de lateral derecho?
-Lateral derecho era Miguel Arteche. Con el 10 y el 11 terminamos. El 10 evidentemente Vicente Huidobro, sí, porque se hace camino al andar, porque cada pelota que toca la convierte en nuevos mundos, y eso es lo lindo del fútbol de Huidobro.
-Crea mundos nuevos y cuida tu palabra…
-Cuida tu palabra. Cuida tu pase. Inventa mundos nuevos y cuida tu pase largo, cuida tu cambio de frente.
-¿Por qué cantáis al gol, oh poetas? Hacedlo en la cancha…
-Hacedlo florecer en las redes… Y Con el 11 en la espalda, para cerrar el equipo, Pepe Ángel Cuevas.
-Dejamos fuera a Nicanor…
-Ah no, Nicanor Parra tiene que ir de “8”, de todas maneras.
-Teníamos a Braulio Arenas de “8” …
-Sí, Braulio Arenas a la banca. Ahí como volantes mixtos tienen que ir Nicanor Parra y Enrique Lihn. Ese es un muy buen medio campo. Y falta Gabriela…
-Ah claro, a Gabriela Mistral la ponemos al arco. Atajando todo.
Fútbol Femenino
-¿Qué piensas del fútbol femenino?
-Pienso y siento. Pienso que Sergio Livingston no tenía razón, mi querido Sergio. Sí, porque en Zoom Deportivo pensaba, y lo dijo, que con el fútbol le parecía que las mujeres iban a perder femineidad, y yo lo llamé y le dije, mire a mí me encanta jugar fútbol en el Parque Intercomunal con las mujeres. Se ven más ricas que nunca. Corren bellísimamente, a mí me encanta ver a la selección chilena de fútbol. Fíjate que se suma al placer de jugar fútbol, una sensualidad estética… pero cuando juegan fútbol, cuando juegan bien, cuando entran en estado afluencia.
-¿Hay cosas que aprender del fútbol femenino?
Todos tenemos que aprender del fútbol femenino. Me gustaría destacar la fluidez, la sensualidad, así como tris, y lo bien trabajadas que están a nivel de psicomotricidad. Además es un fútbol alegre. Tenemos que aprender de su alegría. Y que saben perder. Ellas son muy maduras psicológicamente, mucho más que muchos jugadores masculinos. Tienen conciencia participativa en sus declaraciones, las entrevistas son serenas y atildadas. Y hay varios otros elementos del fútbol femenino que pasan desapercibidos, y que los comprenderíamos mejor si le pusiéramos mayor atención a lo sutil y no tanto a lo obvio. Tenemos que aprender mucho de lo eterno femenino, ya sea a través del fútbol femenino como con el movimiento feminista, por cierto.
El ludosapiens
Pohlhammer perteneció a la generación de los ochenta, una época de grandes cambios políticos y sociales en Chile. En ese contexto su poesía siempre fue una especie de contestación a la estructura rígida y la opacidad imperante.
Además de su amor al juego bien realizado, tuvo un fuerte interés por la cultura popular, el humor, el erotismo y la espiritualidad. Todos estos aspectos estuvieron presentes en su obra, la cual fue galardonada con el Premio Pablo Neruda en 1993 y el Premio Municipal de Literatura de Santiago en 2008.
Además de escribir, participó como panelista y creativo en diversos programas de televisión, donde mostró el calibre de su personalidad, a veces polémica, pero por sobre todo lúdica y divertida.
-Erick, ¿cuál es tu poeta chileno/a favorito? El que primero que se te viene a la mente cuando te hago esta pregunta. ¿Y por qué?
-Mi poeta favorito es Nicanor Parra. Sí, porque es el que más leo, del que estoy siempre pendiente. Es el que está más vivo que nunca. Siempre me inspira. Veo que es más fácil escribir poemas también, que no es tan rebuscada la cosa. Está en contacto con el lenguaje del habla. No es el mejor poeta, el mejor poeta para mí es o en verdad el más creativo, digamos, porque no se puede hablar de mejor ni peor. No llegaríamos a ninguna conclusión. Qué es mejor, ¿el sol o la luna? ¿Un álamo o un sauce? ¿Maradona o Pelé? Lo que no es subjetivo, porque es demostrable cuantitativamente, es que lejos el más creativo es Vicente Huidobro. El más torrencial y lírico, Pablo Neruda. Así que yo no estoy poniendo a Nicanor Parra como el mejor, sino que aquel que yo le tengo más cariño y lo encuentro muy humilde dentro de todo. Que está consciente de los límites, que hace una poesía hablada y no cantada; el que dice que el poeta es la voz de la tribu, y él es en buena medida la voz de la tribu. Todos lo entienden. Una poesía que se entiende, porque existe la idea de que para escribir poemas no se tiene que entender nada…
-O sea, Nicanor se entiende fácil en Chile, pero afuera no tanto. Justamente su lenguaje local fue una traba para cruzar las fronteras. Recordemos que le hizo varias veces el intento al Nobel.
-Claro, por eso que Vicente Huidobro es mucho más universal que Nicanor Parra. Y porque la idea de Huidobro, o lo más importante en su poesía, es la imagen. Si tú dices, por ejemplo: “por la nieve se oye resbalar la noche”. Eso es fácilmente traducible al francés y al ruso, al turco, al otomano, al portugués. En cambio, una poesía local que dice rechucha tu madre o montones de expresiones populares que usa Nicanor Parra, es mucho más difícil de traducir. Sin embargo, es tan rica la poesía chilena que, si tú ves cualquier antología, se pueden hacer muchas selecciones muy competitivas del fútbol mundial. Yo diría que la poesía chilena es de las mejores del mundo o la mejor.
-Y claro, por eso en poesía hemos ganado dos copas del mundo…
-Hemos ganado dos copas del mundo y podrían haber sido tres y cuatro. Sí señor.
-A mí me gusta mucho Gustavo Frías que vivió en Las Cruces en el mismo tiempo que Nicanor. Este guionista de importantes películas chilenas hablaba en uno de sus libros (prologado por el ex presidente Eduardo Frei Montalva), sobre el concepto del “ludosapiens”. Él decía que el humano es un ser jugador por esencia, que nos movemos por el juego. Y en ese sentido, una pregunta: ¿hay algo más serio que el juego?
-No hay nada más serio que el juego.
-¿Por qué hay que tomárselo en serio?
-Porque hay que estar muy concentrado, que es sinónimo de seriedad. Se mal entiende que estar jugando es estar cagado de la risa. Estar jugando cacho, por ejemplo, en un bar; también es un bonito juego, pero para jugarlo bien hay que estar muy serio. No hay nada más serio que el juego, porque requiere de un gran dominio de varios niveles de lógica profunda. Hay que estar en el momento presente, que no es tan fácil. No se puede jugar bien ni seriamente si estoy pensando en lo que haré más rato o en la muerte, o en si mi mujer se está acostando con otro tipo. Cuando tú juegas en serio no hay lugar, no hay espacio en tu mente, a nada más que no sea el juego. Entonces yo coincido completamente con el filósofo Johan Huizinga, en que el hombre es esencialmente homo ludens. Cuando nos olvidamos de jugar queda la zorra, porque nos ponemos graves y tontos. El núcleo de la esencia del juego es disfrutar. Cuando estoy empecinado en ganar por ego, el ego siempre es grave y se pone trágico. Pero cuando estás jugando y estás disfrutando, aunque pierdas es una delicia. Y si ganaste, ganaste dos veces. Y eso lo entiende muy bien Claudio Borghi. Franz Beckenbauer también. Zinedine Zidane, Mourinho. Esto da para mucho y no quiero latear, pero me encanta decir que no hay nada más serio que jugar bien… a la pelota, a la poesía o a lo que sea.
-Y al país en general, a la sociedad ¿cómo la ves? ¿Estamos jugando en serio?
-Chile hace muchos años que se olvidó de jugar. El último que intentó jugar fuera de la cancha y lo hizo muy bien, fue Florcita Motuda. Pero entró al área chica, se enredó y tiró la pelota pa’ juera. Dejó la zorra. Se olvidó de jugar. Se puso alaraco, histérico, nervioso. Si para jugar hay que estar templado. Lo que le falta a nuestro querido país es saber jugar seriamente a la política. Que los diálogos sean intelectualmente del nivel que exige el arte de gobernar un pueblo. Esa es la definición de política de Aristóteles. Yo escuchaba los debates presidenciales de intelectuales en Francia cuando Jean Paul Sartre discutía con Jacques Derrida y venía luego un político de izquierda y otro de derecha; eran unos debates de un nivel de juego intelectual extraordinario. Juego significa sinergia, pasarse la pelota, que la gente esté disfrutando. También un debate televisivo es un partido fútbol. Van a existir discrepancias, pero pásame la pelota. Dile mira, no estoy de acuerdo con usted, lo que dice, pero muy interesante por este otro lado. Así discuten los ingleses, los franceses y los alemanes, por eso que la Merkel llegó a tener tanto poder, porque ella es una gran jugadora política. Generó en Alemania la idea del tono armonioso. Y eso le falta a Chile.
El poeta de la alegría
Dueño de un estilo fresco, coloquial y muy musical, Erick Pohlhammer celebró siempre la alegría de vivir. Sus escritos estaban llenos de humor, ironía, sarcasmo y optimismo. Además, nunca le temió a la crítica ni a la censura, y se atrevió siempre a decir lo que pensaba con libertad y creatividad.
Otra característica muy marcada en Pohlhammer fue la conexión con el lector a través de la emoción y la sorpresa, inspirándose en las cosas simples de la realidad cotidiana.
-Se dice que tu poesía es celebratoria, ¿qué piensas de eso?
-Coincido en un 90%. Siempre he considerado que el arte y la vida, tal como dijo Salvador Dalí, debería ser una celebración permanente. Ahora, desde el punto de vista del contenido, yo trabajo cuatro betas (como Rómulo Beta, el 7 de Everton, de la católica), y las dos principales son el himno, la celebración de la vida, que no significa necesariamente viva la vida, salte en una pata, no. Escribir ya es una celebración. Te lo puedo definir en dos palabras. Una poesía que anuncia un mundo mejor y otra que denuncia lo peor del mundo. Me parecen importantes ambas cosas, por ejemplo, como en Helicópteros, donde denuncio un mundo que se rompió, bueno largo de explicar. Tengo el poema, por ejemplo, a los politiquillos, que denunció cuando dicen “vocación de servicio público”. Entonces el antipoema dice: “vocación de servicio público, vocación de servirse del público será. Bien bonito el numerito”. Entonces también existe aparte del contenido celebratorio ese otro, que no celebra que exista la codicia, los robos, la inconciencia ambiental… y me parece muy importante a mí que los artistas en general también anuncien y denuncien. En el fondo, sobre todo en estos últimos 20 años, mi poesía cada vez es más tendiente al himno, a la celebración, a la loa, pero sin hacer la vista gorda a las causas horribles y los desastres ambientales que existen en el mundo.
-De hecho, vives en Concón donde existen varios temas ambientales vigentes, como las dunas…
-Bueno sí, las dunas. También hemos luchado intensamente con la comunidad acá, con vecinos, con escritores, con pintores, para que no liquidaran un humedal donde iban a poner una central hidroeléctrica. Iban a matar a Concón con eso, porque está frente a la Enap. Ellos han escuchado también los reclamos y han disminuido las emanaciones. Esto es una guerra mundial entre la conciencia y la inconsciencia, y Concón forma parte del mundo.
-“Aprovecha la oportunidad en todas las cosas. No hay mérito mayor”. Hay algunos que también te llaman el Píndaro chileno. En ese sentido poeta, ¿cuál es la oportunidad que tenemos hoy?
-Por supuesto, tenemos la gran oportunidad, chilenas y chilenos de corazón, de tomar una pelota que viene cayendo por los aires, amortiguarla de pecho… Volviendo a Píndaro, detener el tiempo. La oportunidad de detenernos en el tiempo y disfrutar al máximo el instante. La vida se hace de momentos y los momentos de instantes. La oportunidad de vivir en el eterno ahora, surfear la ola del momento es la mayor oportunidad que se le ha dado a la raza humana, jamás. Disfrutar la vida en la gran oportunidad que tenemos, independiente de las circunstancias es, tal como lo hizo Sócrates, Píndaro, Salvador Dalí y tantos otros como Maradona, que lo entrevisté. Él decía que lo que más echaba de menos del fútbol era la paz que sentía en la cancha. Tenemos la gran oportunidad de estar en esta cancha que se llama Chile, de vivir en paz, felices, disfrutando. Combatiendo por supuesto, yendo a marchas, protestando contra la injusticia, pero eso no quita para nada el hecho de agarrar esta oportunidad de apreciar el instante, el presente. Como dice Silvio Rodríguez. A veces me critican porque digo que debería existir un Ministerio de la Felicidad en Chile. Pensamos que la alegría es un mecanismo superficial, o sea, ¿el dolor es profundo y la felicidad no? Tenemos la gran oportunidad de desarrollar la conciencia participativa.
-¿Qué significa eso?
-El matemático Morris Berman se pregunta cuándo empezó la gran crisis en Occidente. Y partió en la era industrial. Cognitivamente empieza con la frase “pienso luego existo”, de René Descartes. Que nos convierte solamente en pensadores de la vida y no en vividores de la vida. Entonces él dice que una de las soluciones es retomar la conciencia mágica, o sea la conciencia del juego. Volvemos a eso. La conciencia cósmica. La conciencia de que la fuente de la felicidad está dentro nuestro y que, para salir del individualismo pensante, del intelectual ratón de biblioteca, es la conciencia participativa. Y tenemos la gran oportunidad de desarrollar una conciencia participativa en Chile y en el mundo entero. Una conciencia participativa finalmente es cuando yo salgo a la calle y saludo al vecino. No importa que el día anterior, quizás, tenía la radio muy fuerte. Cuando te subes a la micro y saludas al chofer, hablas con las personas. Cuando entras a el Metro y sabes que entras a un lugar donde hay muchos otros seres humanos, y que quizás están sufriendo o quizás quieren conocer otra persona. Hay que andar en bandolera, como diría Salvador Adamo. Vivir con el pecho abierto, como una flor.
-Gracias Erick, nos veremos pronto entonces, en el Litoral Poeta.
-Eso, ¡glorioso! Muchas gracias por esta conversación maravillosa y tu trabajo desde el boooorde de la playa… Pelota inflaaando la red. ¡Y nunca se olvide… que usted es un golaaazo del universo!
(Al final esa reunión nunca se concretó. Y Erick partió de este plano).