Son tres cuerpos de agua provenientes del río Maipo, albergados en la pequeña población Juan Aspeé, aledaños al antiguo balneario burgués de Llolleo. Estos ojos del mar miran hacia un cielo sobrevolado en algún momento por los vuelos de la muerte. Un sector de pobladores costeros, pesca y cacería ancestral enmarcando el presente, con la humedad como insignia en la retina y la piel, y que en 2010 tuvieron que enfrentar un tsunami que arreció con ciento veinte cabañas y ocho personas fallecidas.
Cuenta la leyenda que un pescador, en tiempos de escasez, logró capturar una gran presa, a la cual tuvo que arrancarle los ojos debido quizás a la culpa que le generaba restar una vida marina para alimentar a otras humanas. Ese día se celebró un festín en la población, el hambre había terminado. Luego, al acudir al sitio en cuestión, se encontró con dos pozas de agua, provenientes de un llanto de sirena, a la que se enfrentó abrumado. Estos supuestos culturales fabricados para darle sentido a la existencia y al territorio, y que no son verídicos, son parte de la riqueza cultural de nuestras tierras, es lenguaje tejido para el corazón simbólico de una comunidad.
Por tanto, este sector, no solo alberga dicha carga, sino que se constituye como el hogar provisorio y a veces no, de más de 118 especies de aves (especies algunas en peligro de extinción), y presencia de vegetación importante para su nidificación, por ejemplo.
Dicho territorio también alberga memorias familiares, afectivas, historias y relatos que sin ellos, perderíamos la brújula de nuestro habitar. Hoy, cuando muchxs buscan el sentido en una vida productiva y ascensos a escala social, es urgente manifestar que literatura y territorio son hebras de un mismo ovillo, capas de una misma sed, la de sostener y preservar un sector no solo por su valor arqueológico y etnobotánico, sino porque aquí también está sembrada nuestra infancia, el aura de nuestrxs ausentes, un recuerdo que nos fortalece y permite seguir con vida, a pesar de la codicia y la maquinaria monetaria mundial.