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Escultura

Madre Kali

madre Kali
Foto: Pablo Salinas
Hace un tiempo me encargaron hacer una imagen de la diosa Kali (deidad hindú). Me costó un par de años conectar con ese trabajo. Si bien no me era un tema desconocido por pertenecer a una familia que seguía a un gurú indio, tampoco era una imagen que formara parte de ningún altar en mi casa.
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Acompañado de un amigo fui a entregar la figura -un tallado en nogal de 70 cm- bastante más simplificada que las imágenes clásicas de la India. “Aquí está tu encargo, la diosa Kali”, dije al entregarla. La respuesta fue “yo recibo a la madre divina”.

Siento que este símbolo representa maravillosamente a la mujer, a la madre, a la naturaleza, con sus aspectos benignos y aspectos aterradores. Una danza que se manifestó con más fuerza desde la revuelta del 18 de octubre hasta hoy mismo. Un momento en que pude sentir esa relación fue al ver la imagen de la mujer sobre la cabeza del caballo del monumento de Baquedano con su desnudez y fuerza. En ese momento se me hizo vívido el símbolo de la Madre.

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Estamos dominados por una elite inculta, poco empática, que trabaja para otros, que traiciona a su familia. Hasta hoy todo lo que nos importa o que nos podría convertir en un mejor país está en manos extranjeras, indolentes, que solo riegan su parcela. Muchos de éstos son chilenos, que están aquí, que viven en esta tierra, pero multiplican solo para ellos. La independencia siempre fue una quimera.
Dónde voy a encontrar otra Violeta / Aunque recorra campos y ciudades / O me quede sentado en el jardín / Como un inválido.
Sumando y restando trabaje casi 12 años en esta esquina y no fue de proxeneta, ni moviendo merca, tampoco estacionando autos, sino que como periodista. Primero en Entreligas, luego en AC Barnechea. Llegué en 2005, cuando estaba en tercer año de universidad, cabrito. Y la última vez fue en 2017, ya con tres hijos y responsabilidades que iban mucho más allá de la propia, pero siempre con la misma actitud hacia el trabajo. Me gusta trabajar.