El sábado 27 de julio de 2019, Álvaro Ruiz se presentó en Casa Museo Pablo Neruda, oportunidad en que con mucha elocuencia estampó su voz en el horizonte poético y dejó un registro audiovisual –inédito– de tres poemas: «San Felipe del Agua», «Como el loco del tarot» y «La confesión de un granuja».
A continuación Álvaro Ruiz, uno de los últimos poetas libres, un chango recolector que no se casa ni con la puesta de sol…
San Felipe del Agua
Las milpas crujen se lamentan del calor día a día se secan todos los días cambian de color del amarillo al oro al ocre en los cerros oblicuos e infértiles donde fueron sembradas alimento para los burros que la cargan y rebuznan al amanecer las milpas son señales atávicas que descienden a la barranca que habito abajo desde donde uno asciende por primera vez.
Como el loco del tarot
Como el loco del tarot leo e interpreto las señales Los graznidos de los queltehues sobrevolando el claustro El haz de oro que atraviesa las nubes La piedra ovalada hallada en los verdenegros bosques de pinos Que crecen a un costado de este promontorio frente al mar. Como el loco del tarot observo el horizonte Y en él nada dura más que la luz que alumbra Las esquivas señales de un loco aparecido en el tarot.
Confesión de un granuja
Por influencia del medio He aprendido a ser un granuja Un menesteroso Un terrible hijo de puta de filuda cortaplumas Un hombre que ve la puesta de sol y miente Un chango alcoholizado aún recolector Un orillero en la cartografía primera hispana Cuando Drake, Morgan y Darwin paseaban por la bahía En blancos veleros sobre el quieto vaivén de las olas Echando anclas frente a esta tierra prometida Polvorienta y llena de pulgas Sin amor ni vides Con la exactitud que otorga el paisaje sobrecogedor Que es la alta y solitaria cordillera de Los Andes Con los ojos siempre puestos sobre la blanca espuma oceánica Donde atracaron embarcaciones de banderas inglesas y españolas En medio de un cerebro inmensamente tramposo y hemisférico En la metafísica de mi mal llamado corazón Lo que no es menos duro que las rocas del Caúcaso Donde Prometeo encadenado lloró la mariconada de los dioses Y, sobre todo, la eterna ingratitud de los hombres.
Un comentario
Soy Koico, el coquimbano, el hermano espiritual de los hermanos Tardito, el que te presento a Malcolm Lowry, tu eres mi amigo, o digno enemigo si lo prefieres, otra forma de apreciarnos, el hermano de los Rodriguez, quiero decir, los coquimbanos, el poeta que murió en Oslo, y Hugo su hermano, que murió, maldiciéndome en una cama en calle Lautaro, El Llano, en Coquimbo, familia trágica. Padre muerto en Nicaragua, y tu pasando por esos lares, si no me equivoco. Asi que hoy mucho que hablar. Tengo los ultimos 15 libros, si dije bien , 15 libros de Oscar Elguetta, otro coquimbano, como yo y Susana Moya y tantos poetas piratas que guardamos en cofres el verdadero tesoro, Asi hay mucho que hablar, gritar , publicar y …en fin,,, el albacea Koico espera….