Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
  De Los versos del capitán

Si tú me olvidas

olvidas
Fotyma
Si de pronto / me olvidas / no me busques, / que ya te habré olvidado.
Comparte en las redes

Quiero que sepas
una cosa.

Tú sabes cómo es esto:
si miro
la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco
junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.

Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.

Si de pronto
me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.

Si consideras largo y loco
el viento de banderas
que pasa por mi vida
y te decides
a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raíces,
piensa
que en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos
y saldrán mis raíces
a buscar otra tierra.

Pero
si cada día,
cada hora
sientes que a mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.

Comparte este post!

Déjanos tu comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

O SI PREFIERES CON FACEBOOK

Conoce A otros autores

Jean Jacques Pierre Paul

Florencia Smiths

OTRAS DOSIS DE Antítesis

En marzo de 1965 el poeta preparaba un nuevo viaje en barco a Europa, ya que la Universidad de Oxford le había concedido su Doctorado Honoris Causa. En la ceremonia, entre otros, estuvieron Bertrand Russell (Premio Nobel de Literatura en 1950) y los aún desconocidos V. S. Naipaul (Premio Nobel de Literatura en 2001) y Paul Johnson (futuro historiador de prestigio mundial).
las palomas gemelas / que reposan o vuelan en tu pecho / recorren las distancias de tus piernas / se enrollan en la luz de tu cintura.
Hace medio siglo atrás, el 10 de diciembre de 1971, el poeta Pablo Neruda recibía en Estocolmo, Suecia, el segundo y último Premio Nobel de Literatura conseguido por un chileno. 26 años antes, en 1945, Gabriela Mistral había abierto el camino para todos los autores latinoamericanos.